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ADN • 14 octubre 2018

"1 y 57 es mi vida, mi casa y quiero morir acá"

El "Ruso" Pedro Ferrín, histórico "canchero" del club e hincha fanático de Estudiantes, recibió al Sitio Oficial en 1 y 57, donde trabaja día a día y cuenta sus anécdotas en el lugar que considera su "casa": de jugador a encargado del campo de juego del estadio, su amor por el Pincha y la emoción por la vuelta a UNO.
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"Vení, pasá, esperame que ya te traigo un casco por las dudas". Así abre las puertas de 1 y 57 Pedro Ferrín, conocido por todos como el "Ruso". Está en su casa, en su lugar en el mundo, donde desde los 16 años decidió no jugar más a la pelota y cambiar los cortos y la camiseta por un secador con el que emparejó el primer camión de tierra que hizo traer para hacer la cancha auxiliar, su debut como "canchero"; una pasión y un oficio que a sus 72 años luce con orgullo, aunque aclara: "Si tengo que barrer, barro, lo que el club me pida. No tengo problema". En plena obra para finalizar UNO y cumplir prontamente el sueño de volver a casa, Ferrín cuenta cómo comenzó su historia en "Tierra de Campeones", narra anécdotas imperdibles y asegura: "No me quiero ir nunca, me quiero morir acá".

 

LA CANCHA AUXILIAR DE 1 Y 55, EL COMIENZO DE TODA UNA VIDA DENTRO DEL CLUB

El "Ruso" empezó, como todo joven, con el sueño de ser futbolista. Llegó a debutar en la recordada "Tercera que Mata", aunque un episodio durante un partido en Rosario lo hizo cambiar radicalmente su decisión. A partir de ese entonces, con menos de 18 años, habló con la dirigencia de turno y le planteó que quería ayudar a Estudiantes desde otro lugar. Así empezó, con un camión de tierra y un secador en la mano, con los que dio vida a la cancha auxiliar de 1 y 55, primer gran trabajo de su carrera que marcaría un antes y un después.

"A los 16 años debuté en la Tercera que Mata, reemplacé a Malbernat y jugué varios partidos en reserva también. Un día estaba Don Miguel Ignomiriello, otro grande del club, y me llevó a cancha de Boca a jugar contra la quinta. Después también fui a Rosario y ese día me golpeé la cabeza jugando para la tercera, me trajeron a La Plata en el auto y me internaron en Romero. Al poco tiempo volví a entrenar acá en 1, me descompensé y no podía ver. A la noche me tuvieron en casa, al otro día me levanté bien y vine para decirle a Paco Cortés (dirigente de fútbol amateur de ese momento) que no jugaba más pero que quería seguir trabajando para el club", contó en un mano a mano con el Sitio Oficial.

Sentado, pegado al "Paseo de los Profesores", Ferrín mira el avance de las obras, la imponente tribuna de 55 y se emociona. Estudiantes es un sentimiento, es su familia, su vida. Y continúa con el recuerdo: "Le planteé a 'Paco' que quería hacer una cancha auxiliar para que las inferiores jueguen en el mismo predio que la primera. Hice traer un camión de tierra y con un secador que traje de mi casa empezó todo. Me decían que estaba loco, pero acá la tenemos, todavía está y pese a que llovió no hay una sola gota de agua arriba", resalta, con orgullo, al rememorar cómo empezó todo.

EL "RUSO" FERRÍN, "CANCHERO" DE ESTUDIANTES Y AHORA UN "POLIFUNCIONAL" DEL CLUB 

"Tengo 72 años, sigo trabajando por el club y siempre digo que esta es mi casa, más que la mía. Yo vine a los 8 años acá y seguir estando me emociona mucho, se me caen las lágrimas. No me quiero ir nunca, me quiero morir acá. Hago todo. Soy canchero, pero hoy hay que ayudar al club y eso ya de por sí me emociona. Si tengo que barrer la oficina, lo hago, si tengo que limpiar el Paseo de los Profesores, también; corto el pasto, lo que el club me pida. No tengo problema", asegura, mientras luce con orgullo su vestimenta roja y blanca, de pies a cabeza, y muestra la medalla con el escudo de Estudiantes que lleva siempre en su cuello.

LA CLAVE PARA DEJAR LA CANCHA IMPECABLE, SU SECRETO MEJOR GUARDADO

Como el mago que no revela sus trucos, como el cocinero que jamás dirá cuál es el ingrediente destacado que le pone a sus recetas, el "Ruso" Ferrín tampoco habla de los "gajes del oficio" de ser "canchero". Campo de juego que tocó, césped que pasó por las manos él, siempre lucieron impecables. Sin embargo, el secreto de cómo hacerlo, será siempre bien guardado: "De mi trabajo nunca hablo. Me quisieron llevar a otras canchas y dije que no, que trabajo acá o en ningún lado. Y cuando no trabaje más vendré a la cancha porque me quiero morir acá".

LA ANÉCDOTA CON RAMACCIOTI EN UN CLÁSICO CONTRA GIMNASIA EN 1 Y 57

"Si pierdo, me entierro". Así había comenzado la previa del clásico platense de febrero del 2002, cuando el por entonces entrenador de Gimnasia, Carlos Ramaccioti, aseguraba que en caso de sufrir una derrota en el duelo con Estudiantes haría un pozo y se metería dentro en el estadio albirrojo. Ferrín, quien le tenía una confianza plena al equipo, preparó todo y lo dejó listo para que el DT cumpliera lo dicho públicamente. ¿El resultado? Triunfo Pincha y el "Ruso", hombre de palabra si los hay, que no se olvidó de las declaraciones del entrenador rival: "Me acuerdo de muchos partidos, pero uno en particular, el clásico que Ramaccioti dijo que si no nos ganaba se enterraba. Yo preparé las flores, con la foto y todo porque sabía que Estudiantes iba a ganar. Levanté el pan de césped y cuando terminó lo fui a buscar al vestuario con la pala para que se enterrara porque no sólo le habíamos ganado, sino que además le pegamos un baile bárbaro".

EL DÍA QUE BILARDO QUISO ENTRENAR CON LA CANCHA RECIÉN REGADA 

En épocas de Bilardo entrenador del club, hubo un día que el "Narigón" cayó de sorpresa en el estadio para entrenar con el plantel pocas horas después de haber jugado un partido. El campo de juego estaba recién regado y Ferrín lo cuidaba con alma y vida, con la misma obsesión y dedicación que Carlos Salvador Bilardo preparaba todos y cada uno de los encuentros. Por un lado, el DT dispuesto a arrancar la práctica; por otro, el "canchero" desconcertado y abrumado por cómo podía quedar el pasto. ¿El resultado?, ¿Quién ganó la pulseada?: "Un día me acuerdo que Bilardo se me apareció acá a las 9 de la mañana con el micro de los jugadores y me quería pisar la cancha. Habíamos jugado el domingo, yo acababa de regarla y él quería entrar. ¿Se le podía decir que no a él? ¡Imposible! Tenía que practicar y era así. Cuando venía con los chicos era como si viniera mi familia, no le podía decir que no".

EL DESAFÍO CON EL PERIODISTA VÍCTOR HUGO MORALES

Se jugaba el Apertura 2001, cuando Estudiantes recibió en 1 y 57 al Racing de "Mostaza" Merlo. Esa tarde, la lluvia no cesaba y el clima castigaba con fuerza a la Ciudad de La Plata. Las dudas en torno a la disputa del partido giraban permanentemente en los alrededores del estadio. Todos estaban pendientes y preocupados. Todos, menos Ferrín, quien estaba convencido de su trabajo y comía tranquilamente en el buffet de la cancha, cuando alguien se presentó para plantearle que era prácticamente imposible que se jugara: "El día del partido contra Racing acá llovía y llovía, y había mucha agua adentro de la cancha. Yo estaba comiendo en el buffet y me fueron a buscar. No sabés lo que era, torrencial. Vino Víctor Hugo Morales y me dijo, '¿usted es el canchero? No se puede jugar acá', y le contesté que sí, que si paraba en ese momento iba a estar normal. '¿Usted está seguro? ¡Mire el agua que hay adentro!', me retrucó, enojado. Después empezó a llover cada vez menos y terminamos jugando en cancha normal. Al final me llamó y ¡no sabés la propaganda que me hizo! Desde ese momento piensan que soy un fenómeno, cuando no lo soy. Yo no hablo de lo mío".

VOLVER A CASA Y RESPALDAR EL PROYECTO DEL CLUB: EL PEDIDO DE UN PINCHA DE LEY

"Hay gente que es todavía más fanática que yo, que quiere que la cancha esté terminada mañana, y estoy de acuerdo. Los dirigentes lo dijeron y fueron claros, que primero está el estadio y por eso priorizamos a los chicos que tenemos en inferiores. Entonces ahora tenemos que apoyar todos y bancarlos, es parte de nuestra historia, como pasó con Bilardo y también con Don Osvaldo", remarcó acerca de la actualidad del club y la importancia de respaldar el proyecto deportivo e institucional.

"1 Y 57 SIGNIFICA TODA MI VIDA"

Su "casa", su "vida", su gran amor. Estudiantes es pasado, presente y futuro para el "Ruso", quien imagina el momento del regreso y, una vez más, se emociona hasta las lágrimas: "1 y 57 es mi vida, estar acá, vivir acá, morirme acá. Ahora estoy esperando terminar la cancha, como todos los hinchas. Estudiantes siempre me significó alegría, jamás tristeza. Somos muy grandes, siempre la peleamos. Imagino el regreso como cuando salimos campeones del Mundo, que toda la gente vino a festejar acá y esto explotaba de hinchas. Así pienso que va a ser. Todos lo estamos esperando. La realidad es que me emociono y lo siento mucho esto. Estoy seguro que así va a ser".

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