Un oasis en el medio del desierto del inicio de los '90, fue aquella Supercopa de Campeones organizada a partir de 1988 entre los campeones del fútbol sudamericano.
La edición de 1990 fue la tercera de este torneo de la Confederación Sudamericana de Fútbol (CSF) y una gran parte de la afición pincha de seguro la recuerde por aquella fallida definición por penales de Ramón Centurión, en el Estadio Centenario de Montevideo, que nos privó de volver a jugar una final de internacional tras dos décadas.
El León inició el camino en octavos contra Gremio. Fue derrota en la ida, en el Olímpico de Porto Alegre. Y victoria, 2-0, en una histórica noche de copa jugada en 57 y 1, el 8 de noviembre de 1990. Goles de Trotta y Peinado, sobre la hora del complemento, para pasar a semifinales (en cuartos de final tuvimos libre) y rememorar aquellas noches coperas para las generaciones más jóvenes.
La revancha con Gremio tuvo de todo, además del debut del juvenil Sanelli por la expulsión de Yorno: una batalla campal en la cancha que terminó con siete expulsados y los jugadores brasileños saliendo rápido por el viejo túnel de calle 55.
Con la cancha suspendida por la CSF, la localía para recibir a Nacional de Montevideo debió mudarse a la cancha de Independiente. Fue 0-0 en la ida en la vuelta, para llevar la definición a los penales. Allí, el Bolso fue inexpugnable marcando sus cinco tiros, mientras que el Pincha sólo fallaría en el remate definitivo de Centurión.
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