Por la cuarta fecha del Grupo C, el Pincha se quedó con una nueva edición del clásico copero rioplatense y llegó a los 10 puntos, que lo dejan muy bien posicionado en vistas a los octavos de final. Además estiró a cuatro la diferencia en duelos con el Bolso en lo que fue el enfrentamiento número 11 por Libertadores.
Fue de esos duelos bien coperos. Trabados, duros y aguerridos. Con el componente histórico de los viejos enfrentamientos. El arranque en casa estuvo luchado, por momentos con pierna fuerte y poco juego.
Parejo y con dos equipos que salieron a dejarlo todo. A los de Zielinski les costó salir con claridad frente a un rival que tomó bien a Zuqui y a Rodríguez, y obligó a intentar con pelotas largas para saltear líneas.
Los remates de media distancia y las pelotas paradas ganaron preponderancia y se convirtieron en las armas más útiles para los 45’ iniciales en los que ni el Pincha ni el Bolso se sacaban ventajas.
Pero siempre hay un plus en Estudiantes. Ese componente tan especial llamado mística. Y apareció nomás sobre el final. Tras una salida rápida en un tiro libre para Godoy, el lateral fue hasta el fondo y sacó el centro atrás para que primero la toque Díaz y aparezca Castro (venía de convertir ante Aldosivi por la Copa de la Liga) para definir (desvío mediante) y gritar bien fuerte su gol. Grito y festejo alocado en UNO de un 1-0 parcial que le permitía estirar la diferencia en la punta del grupo.
Se vivió como un auténtico clásico del Río de La Plata. Ninguno se guardó nada. Los uruguayos movieron en el complemento decididos a empatar y el conjunto albirrojo trató de tener la pelota con inteligencia para contragolpear.
Fue de ida y vuelta. Sin darse respiro. Sufrido por momentos, con dientes apretados y el sentido solidario del equipo tanto para atacar como para defender marcado a flor de piel. Así lo entendió también el DT, quien no perdió el tiempo y apenas pasó el cuarto de hora llamó a Morel (reemplazó a Díaz) para reforzar la zona media.
Sacó el manual de la Libertadores. Hizo valer la condición de local y forjó una victoria a puro pulmón y amor propio para quedarse con el clásico copero. No sólo sumó de a tres, sino que además llegó a los 10 puntos y se afirmó como líder absoluto del Grupo C. Un paso enorme en el camino a octavos de final. Quedan Bragantino y Vélez de visitante, pero la clasificación asoma en el horizonte.