El estadio de San Lorenzo de Almagro fue el escenario del primer título de Estudiantes. Raùl Madero fue el responsable de abrir el marcador con un golazo de tiro libre por sobre la barrera. Luego Veròn y Ribaudo sellarían la victoria 3-0 sobre Racing y así el Pincha gana el campeonato Metropolitano de 1967.
El recordado triunfo de la "nueva mentalidad", como fue catalogado en aquel entonces, por un equipo que supo pelear por un objetivo en común, en el que todos aprendieron a atacar y a defender cuando se lo requería; a respetar la humildad y a ponderar el "nosotros" sobre el "yo". Once para llenar la cancha, cumplir todas las funciones y luchar y dar batalla tanto en la derrota como en la victoria.
El pragma del 4-4-2, el contragolpe, el fuera de juego, la pelota parada; puntales del gran campeón, de un equipo adelantado y pionero en el fútbol argentino. El primer Metropolitano en la era del profesionalismo fue para un Estudiantes que a partir de 6 de agosto de 1967 marcaría un sello que haría historia.
"Recuerdo el recibimiento en el Gasómetro fue increíble. Nunca podría olvidarlo. Fue la última inyección que nos faltaba para darnos cuenta que estábamos cerca de lograr algo irrepetible" decía en vestuarios al finalizar el partido, Carlos Pachamé.
Ese Estudiantes cortó con la hegemonía que poseían hasta el momento los denominados "grandes.
