Oficina Virtual Oficina virtual
ADN • 30 abril 2016

Compañeros en la cancha y en la vida

A Santiago Ascacibar le sobra talento dentro del campo de juego, pero también humildad y compañerismo fuera de la línea de cal. Hace un par de años tomó la decisión, junto con su familia, de llevar a Rodrigo Marinelli y Emmanuel Sosa a vivir a su hogar. Las anécdotas e historias de quienes sueñan con jugar un partido juntos en Primera División.
Compartir

Como futbolista se pueden destacar muchas virtudes que demostró en apenas un puñado de partidos en Primera División: luchador incansable, tiene una calidad inmensa a la hora de quitar la pelota. También la entrega y devuelve "redonda". Todas cualidades que desembocaron en que su nombre figure en la lista de preseleccionados de la Selección Argentina para los Juegos Olímpicos.

El "Rusito" Ascacibar es un excelso futbolista, pero también hay actitudes que lo definen como ser humano. Hace varios años, Rodrigo Marinelli se quedó sin lugar en la pensión del club. Cabizbajo, retornó a su Santa Fe natal sin la certeza de volver hacia La Plata. En ese momento, Ascacibar y su familia lo llevaron a vivir a su casa. "La idea de que Rodrigo venga para acá fue porque quedó libre de la pensión. Al año siguiente, para que pueda volver, hablé con mis viejos y le di una mano para que venga a vivir a casa. Lo hizo, vino y desde ahí se quedo acá. Hace varios años vive con nosotros", dijo Santiago.

Marinelli integra el plantel de Reserva y su posición es marcador central, aunque en los últimos partidos jugó de volante central. "Iba mucho a su casa los fines de semana. Cuando quedo libre de la pensión los vine a visitar desde Santa Fe, y fui a presenciar una práctica al Country. Me vio el Coordinador de aquel momento y me dice que me presente a la pretemporada del año siguiente. Ahí ellos me ofrecen quedarme en su casa", recordó Rodrigo. "Con que me dejen quedarme en su casa, te pinta de cuerpo entero como es él y su familia. La humildad es lo mejor que tienen".

Pero él no es el único juvenil que vive en Villa Elvira junto a los Ascacibar. Emmanuel Sosa es un joven correntino que llegó a La Plata hace seis años para jugar en Estudiantes. Desde el primer día vivió en la pensión que el club tiene que la calle 7, pero sus vaivenes anímicos casi lo hacen dejar la actividad. "Llegó un momento que me había cansado de vivir en la pensión tantos años. Ahí fue cuando Santiago me ofreció ir a vivir a su casa, el club estuvo de acuerdo y hace casi dos años vivo con ellos", resaltó Manu, volante o delantero en la Cuarta División.

En la casa viven los tres, junto a los cuatro hermanos de Santiago y sus padres. La convivencia es buena, según resaltan todos. Antes viajaban casi hora y media en micro para llegar al Country: un Este hasta Plaza San Martín y desde allí un 273 hasta las instalaciones de City Bell. Ahora, el "Rusito" se compró su primer auto y redujeron el tiempo de viaje casi a la mitad. "Compartimos muchas cosas aparte del fútbol, como torneos en la PlayStation o días de pesca entre todos", contó Santiago. "Algún consejo les doy, como también ellos a mí porque tenemos mucha confianza", agregó.

Rodrigo lo definió como jugador, pero también como amigo: "Siempre trata de superarse, es muy sacrificado y su humildad es lo que lo hace mejor persona. Es un chico sencillo, con una gran personalidad y madurez". Así como a Santiago le gustaría cursar la carrera de Antropología, Rodrigo quiere terminar el bachillerato para adultos en el club para luego estudiar Periodismo Deportivo. Los tres coinciden en un sueño común: compartir un partido oficial en Primera División.

Antes de concluir la charla con el sitio oficial del club, Ascacibar dedicó unas palabras al club de sus amores: "Estudiantes me enseñó a valorar a las personas, el respeto por el otro y cosas que uno las utiliza en su vida cotidiana. La verdad es que estoy muy agradecido al club por todo lo que me brinda".

Socios protectores
Ver más novedades