Leandro Desábato es historia viviente de Estudiantes y, en el 2018, puede ser el final de su carrera según sus propias palabras. Antes de tomarse vacaciones, y sentado debajo un árbol en el Country Club de City Bell, charló de todo por más de media hora con el Sitio Oficial. Una entrevista imperdible para conocerlo un poco más a un hombre que ya tiene su nombre grabado a fuego en la rica historia del club. Con ustedes, el Chavo de Cafferata.
-¿Cuáles son las expectativas para el 2018?
-Se viene un año muy lindo e importante. Vamos a jugar la Libertadores, si Dios quiere volvemos a nuestro estadio y, seguramente, se vendrá el final de mi carrera. Creo que en lo personal me quiere preparar en hacer una muy buena pretemporada para tratar de estar a la altura, tratar de dar lo mejor y aportar mi granito de arena en el equipo. En lo grupal, hacer una buena Libertadores.
-¿Sos consciente de la cantidad de partidos que jugaste con la camiseta de Estudiantes?
-En el día a día uno no piensa tanto en eso, sino más que nada en lo grupal, que al equipo le vaya bien. Uno cae cuando te dan un reconocimiento y es impresionante todo lo que vivió uno acá. Pensar en eso a uno lo reconforta y te da fuerza para seguir entrenando y para tratar de marcarle un camino a los pibes, algo como hizo Sebastián (Verón) con nosotros cuando volvió de Europa, lo mismo que Agustín (Alayes), el Chapu (Braña), el Chino (Benítez), y todos los chicos que fuimos pasando tanto tiempo acá. Me encanta que jueguen los pibes del club, ir a juveniles, conocerlos.
SUS COMIENZOS EN ESTUDIANTES
-¿Cambió mucho el club desde tus comienzos a ahora?
-Cambió un montón, es abismal la diferencia. En 1997/98 la realidad del club era otro. La infraestructura nada que ver a lo que tenemos ahora, en Primera se peleaban otras cosas, mirábamos más la tabla de abajo que la de arriba, porque recién en 2003 con el regreso de Bilardo y después el de Verón tres años después la historia empezó a cambiar. Obviamente que cuando en un año salís campeón queda marcado, pero no hay que olvidarse que no es fácil clasificar a la Copa Libertadores y desde el 2006 para acá jugamos ocho. Me encanta que el hincha de Estudiantes sea exigente, porque eso nos mantiene la vara alta y hace crecer al equipo.
-¿Recordás tu debut?
-El debut fue con el Profe Córdoba en junio de 1997 y entré a marcar a Cabrol en cancha de Unión. Terminamos 3-3 ese día con goles de Palermo, Catán y Aguilar. Estaba justo en la concentración con el "Pato" Testa, que jugaba su primer partido como titular, y yo iba al banco. Después jugué dos partidos más en el 2000 con Craviotto contra Talleres y Belgrano, e hice saga con el "Ruso" Prátola y Pablo Quatrocchi. Lo disfruté obviamente, pero era otro contexto, los jugadores no se iban tanto y entonces estuvo varios años en Reserva porque siempre estaban los mismos defensores. Ahora en los últimos siete u ocho años cambia mucho el equipo, pero por suerte acá se encontró un equilibrio para a pesar de eso mantenerse.
-¿Cuándo decidiste irte a préstamo?
-Me llegó una oferta para ir a Olimpo, que estaba jugando a la B Nacional y peleando para no descender. Como veía que no era viable jugar acá, me llamó Gustavo Alfaro y me fui. Por suerte me fue bien porque jugué y encima salí campeón. Cuando volví otra vez vi lo mismo y me fui a Quilmes, en donde ascendí y me empezó a gustar jugar de titular, y entonces me quedé a préstamo por cuatro años y viví muy lindos momentos como mi primera Copa Libertadores. Después volví con el Cholo (Simeone), que me dijo que no me iba a usar y entonces me fui a Argentinos en donde tuve un buen rendimiento, y cuando regreso me quiero ir yo, pero ahí Simeone me dijo que me quería a pesar de tener a Alayes y Domínguez en el equipo. Entonces decidí quedarme y la peleé hasta que me hizo jugar. Ya del 2008 en adelante me asenté en el equipo y jugué todas las finales que las que equipo argentino puede estar.
-¿Y después pensaste en irte alguna vez?
-Estuve cerca de Boca a principios del 2011. Me llamó el entrenador y me dijo que me quería, y entonces le dije que me de un día. Pero ahí nomás dije que no porque me quería quedarme acá. Mi familia, al ser de pueblo, me decía que vaya, pero yo me quería quedar en Estudiantes y hoy por hoy no me arrepiento porque disfruto el día a día. Obviamente cuando las cosas van mal me pongo triste, soy muy autocrítico conmigo mismo, pero cuando a uno le va bien todo es más lindo.
LAS FINALES INTERNACIONALES CON LA CAMISETA ALBIRROJA
-Tu primera final internacional fue en la Sudamericana 2008, ¿fue movilizante?
-Era muy importante por la historia que tiene Estudiantes internacionalmente, aparte jugamos en una cancha con un clima muy hostil. Hicimos un gran partido pero nos tocó perder pero, por suerte, a los seis meses tuvimos revancha.
-¿De esa final en Belo Horizonte, qué recordás de esos días?
-Era un clima parecido a la de la Sudamericana y se venían los recuerdos esos en la previa. Era un equipo muy duro Cruzeiro. Me acuerdo en la previa que estábamos concentrados pero distendidos, y habíamos preparado bien el partido. En la cena había colgadas banderas de Cruzeiro que ya se daban campeones, y entonces eso nos toco mucho más el orgullo y salimos a jugar como se debe jugar una final, con el plus encima de que ellos cuando se sacan la foto se ponen todos como si ya hubiesen ganado. Me quedó grabado, después de la final, que "Tití" Fernández había estado en el hotel me dijo: "Ustedes no se dan cuenta lo que lograron, se van a dar cuenta con el tiempo". Y eso me quedó grabado, con los años me di cuenta que era verdad, porque es hasta difícil clasificar, imaginate ganarla.
-En el gol de Cruzeiro pega en vos la pelota, ¿qué sentiste en ese instante?
-No la veo cuando sale y hasta quiero esquivarla, pero me pega en la rodilla. Cuando la sentí dije "la desvié", y me quería matar. Menos mal que empatamos rápido y no dejamos que el público cante tanto y ellos se agranden. Era un hervidero esa cancha. Pero enfriamos el partido y después con el gol de Boselli la historia fue otra. Y con la pelota en el travesaño pedía por favor que se termine.
-¿Y lo que pasó seis meses después en Abu Dhabi?
-Fue algo increíble. Se nos dio un premio porque jugamos con el mejor jugador Barcelona de la historia y se nos terminó escapando en el final. Como dijo Bilardo, "del segundo no se acuerda nadie"; pero en ese momento nosotros nos fuimos tranquilos porque lo dimos todo y nos faltó poquito. Yo creo que la mala suerte juega, en la previa se nos desgarró Carrusca, Salgueiro se nos lesionó también y nos habilitan a Sosa.
-Si, la pensé varias veces. Se me cruzó Christian (Cellay), tendría que haber saltado yo además, la peina Sebastián (Verón), tal vez el Loco (Albil) no tendría que haber salido y salió… pero son todas cosas que piensa, como la jugada del final que cabeceó y casi entra. Pero son cosas del fútbol, y lo más importante es que sin haber traído el título dejamos arriba a Estudiantes. Es por eso que el hincha, con el dolor de haber perdido, terminó con el pecho inflado.
"SABELLA ES EL MEJOR"
-Tenés pensado ser entrenador en un futuro, ¿con cuáles de tu carrera te quedás?
- Tuve la suerte de tener muy buenas técnicos. Tuve la suerte de tener al Cholo, Berizzo, Milito, Pellegrino, Vivas, técnicos con pasado europeo que, con sus diferencias, tenían una misma manera de pensar y trabajar. Y tuve la suerte de tener a Sabella, que dirigió en una edad justa con mucha experiencia que era un sabio, porque era un educador y formador. Siempre digo que he tenido muy buenos técnicos, pero el mejor es Alejandro. Humanamente le llegaba muchísimo al jugador, y en nuestro fútbol es muy importante. Hay muchos pibes que arrancan por necesidad y no están preparados para soportar una presión de Primera División, y entonces técnicos como él son ideales. Lo que le enseñó Sabella por ejemplo a Carrillo o a Auzqui es impresionante, y a nosotros los más grande stambién obviamente. Siempre se adaptó a lo que tenía, y eso es lo más importante, porque hay muchos entrenadores que tienen una idea y la quieren encajar a toda costa. Alejandro salió campeón de una manera en la Libertadores y de otra manera en el 2010, porque sabía adaptarse.
-¿Cuál fue el mejor equipo que integraste?
-El mejor equipo fue el del primer semestre del 2010. Todo el mundo hablaba de ese Estudiantes. Tenía jugadores en plenitud como Sosa, Enzo Pérez, Boselli, Verón… Daba gusto mirarlos de atrás. Escuché muchos delanteros que nos decían: "qué baile nos están dando, Chavo". Era un placer.
-Pero curiosamente, el título llegó al otro semestre.
-La Libertadores es tan linda pero desgasta tanto. Nos quedamos sin nada en lo último. Uno está tranquilo porque el esfuerzo lo hizo, he visto compañeros que se han infiltrado varias veces, pasamos semanas encerrados, pero no se nos dio. Ese es el dolor que uno siente, pero como es la historia de este club, al otro semestre se nos dio sin claudicar.
BALANCE DE AÑO
-¿Qué balance hacés de este 2017?
-Es un año para dividirlo en dos. Hasta junio fue muy bueno, porque terminamos terceros y clasificando a la Libertadores dejando por debajo a grandes como Independiente, Racing y San Lorenzo, y el segundo semestre fue raro. Empezó con la salida de Vivas, después vino un técnico que se fue al mes y medio, agarra Nardi y se va a los dos días, el club estaba muy politizado… fue todo muy raro y obviamente, sin querer sacarse responsabilidades, uno como jugador lo siente. También hay que tener en cuenta que se nos fueron muchos jugadores importantes, y llegaron jugadores nuevos que con todo estos inconvenientes les costó obviamente adaptarse de la mejor manera. A mi me gusta hacer los análisis así, profundos, sin excusas, uno se tiene que hacer cargo de que no tuvo un buen segundo semestre, especialmente esa etapa de junio a octubre.
-¿La derrota ante Pacífico en la Copa Argentina pegó fuerte?
-Fue uno de los golpes más duros de mi carrera. Fue fuertísimo porque cayó en un momento que golpeó mucho.
-¿Con Bernardi sentís que empezó una nueva etapa?
-Ahora con la llegada de Lucas se está buscando una línea, debutaron pibes, y creo que terminó siendo un semestre regular a pesar de los inconvenientes. Esperemos hacer una buena pretemporada y tener un buen 2018.
-Este año se vendieron Foyth y Ascacibar por grandes sumas de dinero, ¿qué le dijiste a ellos mientras se hablaba de esas transferencias?
-No hay mucho para decir, lo único sí es que hagan lo que sienten y no lo que le dicen los representantes. Siempre les recomiendo eso. Que lo hablen con sus familiares y que después saquen una conclusión. La mayoría de los representantes quieren hacer un negocio, entonces es mejor aislarse en situaciones así. Que hagan lo que estén convencidos de hacer.
-Yendo más a lo futbolístico, ¿hablás más con los de tu puesto?
-Obviamente hablo más con los defensores, ahora Bazzana o jugadores como Colombo que están recién subiendo, o como en su momento fue Fede Fernández, Marcos Rojo o Jonatan Silva. Uno igualmente habla con todos por la experiencia, y les remarco que se cuiden, que coman sano, que se mantengan en peso, que vayan al gimnasio, y que todo viene solo. No pensar en Europa si estás recién empezando acá en Argentina.
LOS DESEOS EN LAS FIESTAS
-Cuando brindes en las fiestas, ¿que vas a pedir?
-Pido siempre lo mismo: salud para mis seres queridos y estar sano. Ojalá en el 2018 sea muy lindo para Estudiantes y que, sobre todo, tengamos la posibilidad de entrar a la cancha nuestra y disfrutar un partido ahí. Deseo para 2018 la vuelta a 1 y 57, como pide todos los domingos la gente en las tribunas. El club está siendo un esfuerzo muy grande.