Estudiantes mostró su ADN para jugar finales una vez más. Derrotó categóricamente a Vélez en el Estadio Madre de Ciudades y alzó el Trofeo de Campeones para coronar un año glorioso con dos títulos, incluyendo la Copa de la Liga ganada en mayo ante el mismo rival. Sebastián Boselli, Alexis Manyoma y Guido Carrillo marcaron los goles.
En un comienzo enérgico del Pincha, profundizando por las bandas, Meza armó un zurdazo elevado que pasó cerca del ángulo. Y después, Tobio Burgos sirvió un centro desde la izquierda, el balón picó en el punto penal y Carrillo no pudo darle en dirección al arco. El Fortín respondió con un mano a mano inmejorable de Romero, pero surgió la figura de Mansilla achicando para rechazar el disparo.
Superando los 15 minutos, Estudiantes se hizo con la pelota ganando el mediocampo y anticipando a tiempo desde la línea defensiva, logrando así adueñándose del juego y desarmando a Vélez desde el toque corto. En uno de estos avances, Tobio Burgos y Palacios combinaron por derecha, la acción terminó en Ascacibar como llegador a rematar y Marchiori despejó con lo justo en el primer palo. El 32 albirrojo también hizo trabajar al arquero velezano con su genial media distancia.
Y finalmente llegaron los gritos. A los 24 minutos, Tobio Burgos ejecutó un córner al área chica y Boselli ganó en las alturas, el balón dio en el travesaño y luego en Marchiori, para terminar ingresando en su totalidad. Cinco minutos después, con la misma fórmula de la pelota quieta, Lollo la bajó excelente al segundo poste y Manyoma definió con justeza para marcar el 2-0 y desatar la felicidad del público pincharrata.
El equipo de Liniers dio la cara con su orgullo herido. Carrizo enganchó hacia dentro y sacó un zurdazo que hizo temblar el travesaño. Acto seguido, Pizzini ensayó una volea y el guardameta albirrojo se lució con una atajadas fenomenal. Pero sobre el final del primer tiempo, Vélez se frustó ante un Estudiantes bien plantado para defender toda pelota que cayó en su área.
Para el complemento, Vélez monopolizó la posesión y comenzó a amenazar con centros laterales, mientras que el Pincha juntó sus líneas en un bloque estrecho y se dispuso a jugar al contragolpe. En esta lucha de propuestas, terminó pesando la solvencia albirroja sin la pelota.
A los 32 minutos, Estudiantes sentenció la historia de la mano de su goleador. Meza envió un centro exacto al punto penal, y allí arremetió Carrillo con su marca registrada: cabezazo, pique y adentro. Impactante el gesto técnico del delantero para colocar la pelota fuera del alcance de Marchiori y firmar el 3-0 en un desarrollo controlado.
El tiempo restante fue anecdótico. Estudiantes festejó un nuevo título en su historia y cerró un gran año con dos trofeos bajo el mando de Eduardo Domínguez.