El mote de "pincharratas" acompaña a nuestra institución desde hace muchísimos años. Sin embargo, hay dos versiones en el pueblo albirrojo sobre el origen del apodo. Una versión tiene que ver con estudiantes de Medicina de la UNLP, que practicaban con roedores. Varios de ellos conformaban los planteles del club. En cambio, la otra versión, y quizás la más extendida, tiene que ver con un hombre nacido a finales del Siglo XIX.
Felipe Montedónica fue un olavarriense nacido en 1898, y que de muy pequeño vino a vivir a La Plata, una ciudad joven que brindaba más oportunidades que los pueblos del interior de la provincia. Felipe fue fanático desde la fundación misma del club, y empezó a ir a la cancha luego de cumplir 13 años. En una entrevista brindada al diario "El Tiempo", en 1980, Montedónica contó que trabajó desde 1910. "Yo tenía un hermano chico, con el que trabajaba en el Mercado. Como había allí muchas ratas, mi hermano y yo las corríamos con un pinche, con un tenedor grande. Y fue así, por esas cosas de chicos, que tanto a él como a mí nos pusieron el sobrenombre de pincharrata", relató.
Concurría siempre en condición de local, y cada vez que podía iba a las canchas alrededor de la provincia, en tren y con una banda de más de un centenar de fanáticos. Con el correr del tiempo lo fueron reconociendo cada vez más hinchas, y el mote de "pincharrata" se extendió al grueso del pueblo albirrojo.
Era un hombre de gran contextura, de casi dos metros de altura – las fotos, del archivo de Gaston Cigalino, así lo demuestran- y se ganó la vida descargando frutas en el Mercado, en molinos hareneros y de lustrabotas, ya en la última etapa de su vida.
El "Pincharrata" ingresaba de forma gratuita a la cancha, ya que la Comisión Directiva de aquella época le otorgó libre acceso a 1 y 57 y a la Sede Social. También fue acreedor de varias medallas por su fanatismo desinteresado. Fue amigo de futbolistas, directivos y otros simpatizantes que frecuentaban cada domingo el "Jorge Luis Hirschi". Y, todo aquel que lo conoció, lo caracterizaba como una persona noble, trabajadora y de gran corazón. Felipe Montedónica fue uno de los primeros en tener el ADN pincharrata, y su apodo es mito y leyenda en la historia de Estudiantes de La Plata.