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ADN • 13 marzo 2016

"Jugar un clásico es un privilegio"

Goleador inagotable y hombre de la casa, Ernesto Farías sabe lo que representa un clásico platense. El ex atacante pincharrata, actualmente en el América de Cali de Colombia, dialogó mano a mano con el Sitio Oficial del club y palpitó la previa del derby. También habló de su amor por Estudiantes, la impronta de Bilardo y sus recuerdos en la institución que lo formó como jugador y como persona.
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Nació en Trenque Lauquen, aunque a muy temprana edad llegó a La Plata, donde su vida y la de Estudiantes se conjugarían para iniciar una historia de cariño y agradecimiento mutuo. Goleador inagotable y hombre por demás querido entre los hinchas, el Tecla dejó su huella y un afecto que al día de hoy perdura con el paso de los años. En la previa del derby ante Gimnasia, el actual hombre de América de Cali palpitó el clásico y aseguró: "Es un privilegio jugarlo".

CRIADO COMO JUGADOR Y COMO PERSONA

No es una frase hecha ni mucho menos. Todo jugador que nace futbolísticamente en el club marca siempre que Estudiantes no sólo forma profesionales, sino también personas. Es el caso de Farías, quien dejó su Trenque Lauquen natal para arribar a La Plata y criarse con el ADN rojo y blanco: "Yo llegué a los 13 años a la pensión cuando todavía estaba el demo. Me tocó convivir con jugadores como el Vasco Azconzábal y el Pepi Zapata, una camada en la que yo era el chico y ellos los grandes. Ahí me crié como persona e hice toda mi vida en La Plata".

EL PLUS DE JUGAR SIENDO DEL CLUB

De aquel debut en 1998 hasta su venta en 2004, el Tecla vivió épocas felices en momentos que el club atravesaba situaciones futbolísticas que obligaban año a año no resignar una gota de sudor. Con el plus de ser un hombre nacido en el club, el ex goleador pincharrata siempre dejó todo por la camiseta y reveló que, para él, haber podido dar una mano "era un logro": "Me tocó una época en la que se necesitaban sumar muchos puntos para que el equipo mantuviera la categoría, yo era muy joven y no era fácil, pero para mi era como un campeonato porque uno había salido de las inferiores y el hecho de poder dar una mano para que el club se mantenga era un logro. Uno mantiene el cariño y siempre lo sigo desde donde esté".

CON LA IMPRONTA DE BILARDO

Farías fue uno de los privilegiados que durante sus primeros años en el fútbol tuvo a Bilardo como formador. Agradecido con quien reconoce como un "ícono" de Estudiantes, el Tecla elogió y agradeció al Narigón: "Fue el técnico que me marcó en mi carrera. Yo lo agarré de joven cuando llegó que vino a dar una mano en un momento que el club no estaba bien. A nosotros nos marcó mucho y para mi es de los más importantes en todo sentido, como persona y director técnico. Y para Estudiantes es un ícono porque marcó la historia. Donde vas, Estudiantes de La Plata es Bilardo".

RESPETO, HUMILDAD, TRABAJO Y SACRIFICIO

Estudiantes tiene características que como institución, tanto a nivel deportivo como humano, lo hacen distinto. El mentado ADN albirrojo es aquello que se transmite de generación en generación, tal como lo recibió Farías, quien hoy agradece haber salido de la escuela de Estudiantes con un aprendizaje más que valorable: "Son muchos los recuerdos porque siempre me inculcaron el respeto, la humildad, el trabajo y el sacrificio; cosas que quedan marcadas más allá de los logros o no para cada jugador que sale de Estudiantes".

"JUGAR UN CLÁSICO ES UN PRIVILEGIO"

Si de clásicos se trata, el nacido en Trenque Lauquen cuenta con una vasta experiencia en su haber. Derbis ganados, goles convertidos y un sinfín de historias clásicas que Farías recordó en la previa al partido ante Gimnasia, encuentro que definió como un cotejo "aparte" y que representa un "privilegio" para quien lo juegue: "Jugar un clásico de esa magnitud es un privilegio por el significado que tiene, por la historia, los jugadores que lo han jugado también. Hacer un gol o hacer las cosas bien y ganarlo es algo que te deja marcado porque pasan los años y la gente lo recuerda. En lo personal era un privilegio jugarlos, más aún porque había salido del club y los vivía de otra manera. Más allá que después jugabas 19 o 20 partidos más son encuentros aparte. Es el día de hoy que a uno se le pone la piel de gallina cuando lo veo por televisión".

Axel Damian Padilla

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