Supo adaptarse a cada momento y dar siempre lo mejor para el equipo. Sufrió el descenso del 2017 y hoy es uno de los principales artífices del retorno a Liga de Honor. Yago Cascón es líder, referente y capitán del Estudiantes que consiguió el ascenso a la máxima categoría. "Siempre hay que trabajar. Nada es gratis en la vida, nadie te regala nada", expresó.
Fueron cinco años de una búsqueda incesante. Yago fue parte de todo este proceso y por eso sabe lo que representa este objetivo cumplido: "Estudiantes vuelve a lugar de donde nunca debería haberse ido. Es un club que tiene historia, que merece estar ahí y que tiene con qué. Tiene para competir y siempre lo va a intentar con humildad, con sacrificio y entrenamiento".
Sobre el partido con Hurlingham que decretó el ascenso en la anteúltima fecha del torneo, Cascón analizó: "Fue muy difícil. Ellos jugaron con la experiencia y con la desesperación de nosotros. Faltando 10 minutos nos pudimos soltar y meternos en partido. Sabíamos que teníamos que jugar cada pelota como si fuera la última".
Estudiantes no bajó los brazos y en los últimos minutos sacó adelante un partido que quedará grabado a fuego en el recuerdo de jugadores, cuerpo técnico y las cientos de personas que se acercaron al Country de City Bell. "La esencia de este equipo es nunca dejar de intentarlo y creer en lo que nos dice el técnico que, al fin y al cabo, es lo que tenemos que hacer dentro de la cancha. Estamos muy felices".
Yago es el más experimentado del equipo y asume ese rol con la responsabilidad que ello implica. "Me siento muy agradecido con el plantel. Me han dado un lugar importante, tratar de comandarlos y llevar al equipo a Liga de Honor, nada fácil. Somos 20 o 22 jugadores que entrenamos para estar a las órdenes del técnico. Jamás me había sentido como me sentí con este grupo. Estoy feliz y completamente agradecido".
Aprendió a jugar al handball con edad de juvenil y poco a poco su vida empezó a girar alrededor de la pelota. En el club conoció a Victoria Lombardi y con ella formó una familia que lo sigue a todos lados. Hoy, Benja y Delfi están orgullosos de su papá. "A ellos tres les debo todo. Son los que me aguantan cuando las cosas no salen, los que me esperan después de un buen o mal entrenamiento o con la comida a las 11 de la noche un día de partido. Sin Vicky y mis dos hijos no sería nada. Son mi principal sostén para seguir estando".