El mundo se detuvo por un instante y fue en el mismo momento en que los jugadores del actual plantel de Estudiantes saltaron al rectángulo de juego de Uno. Fue como recordar las viejas prácticas de los equipos de la década del 90, pero no se trató del grupo que comanda Gabriel Milito los que pisaron la gramilla y realizaron la primera práctica formal en el Jorge Luis Hirschi.
La vuelta a Uno se puso en marcha en el mismo momento en que la pelota comenzó a rodar y Milito junto con su grupo de trabajo comenzó a pegarle al balón desde una banda lateral hacia la otra mientras el riego "refrescaba" en el mismo instante el verde césped que luce de maravillas para el debut del sábado venidero ante Atlético Tucumán.
Y por tratarse de un día histórico, como lo fue el 8 del corriente cuando el equipo jugó el último partido en el Estadio Ciudad de La Plata, o al día siguiente se volvieron a abrir las puertas de 1 y 57 luego de 14 años y un poco más de dos meses; el plantel y el cuerpo técnico junto a utileros, médicos, kinesiólogos y allegados previo a iniciar la actividad de manera formal posaron para la foto en la mitad del campo, imagen que quedará retratada en la "inmortalidad"
Una vez que Milito hizo sonar el silbato, el entrenador pincha dividió a sus pupilos en dos elencos, sin contar en un principio con los arqueros que pusieron primera en Uno con Leandro Cortizo y con el correr del tiempo se fueron sumando a las ejercitaciones que el técnico de Estudiantes dispuso para la ocasión, donde las pelotas abundaron en el campo, lo mismo que los conos y las pecheras.
Tras casi una de entrenamiento, el cuerpo técnico le puso punto final a la actividad, pero su presencia en el terreno de juego continuó por espacio de media hora. La razón, todos, se maravillaron con la construcción del nuevo estadio y de la importancia que tendrá para ellos volver a jugar en Uno tras más de una década.
