Julio Velasco es un embajador del deporte argentino en el mundo. Su nombre trasciende el Vóley, por sus logros, enseñanzas y su legado. Admirado por sus pares y rivales, hace pocos días conoció UNO, lo recorrió junto a dirigentes del club y charló en una nota exclusiva con Estudiantes Play.
"Una de las pocas imágenes que tengo de mi abuelo, que murió cuando yo era chico, es que me llevaba a cortar el pelo y que fue el primero que me trajo a la cancha de Estudiantes. Después siguió mi tío, su hijo, que nos traía a mí y a mi hermano mayor", recuerda.
"Después empecé a venir solo a los 14 años, allá por el ´64. Veníamos a ver la Tercera que mata, la reserva y primera. Veníamos con sanguches a pasar todo el día y ver tres partidos".
Julio empezó a entrenar y jugar al vóley en Estudiantes hasta que en 1976 su vida en La Plata "se cortó" por su actividad en el movimiento estudiantil, en tiempos difíciles de nuestro país. Se mudó a Capital y en 1982 volvió a la escena pública cuando fue entrenador asistente de la Selección Masculina Argentina que logró la medalla de Bronce en el mundial celebrado en nuestro país.
Su carrera lo llevó luego a clubes italianos, y posteriormente a las selecciones de Italia e Irán, con las que ganó numerosos títulos y alcanzó a un alto nivel. Hoy se encuentra entrenando a los selectivos juveniles de Italia. "Lo que me gusta es cambiar las cosas, transformar algo. Los chicos son una transformación permanente. Por supuesto que me gusta ganar un Mundial, pero lo que me da más satisfacción es el crecimiento del equipo para que pueda ganar".
Acerca de los éxitos que alcanzó en diversos equipos, Velasco reflexionó: "Muchas cosas se logran si uno cree que se pueden hacer. A Italia le propuse ser campeón del mundo. La experiencia de este club lo dice. Cuando Zubeldia proponía cosas que eran nuevas para el fútbol, se le creía o no, y Estudiantes que era un club de La Plata, ganó Copas Libertadores, le ganó al Manchester United. Se pueden hacer cosas que otros clubes no pudieron".
"El entrenador es un educador, siempre, aún en un equipo profesional. No hay que ser amigo de los jugadores porque uno termina siendo injusto. A un amigo lo banco aunque esté equivocado. El juicio sobre un jugador muchas veces está influenciado por el afecto y no es justo para otro jugador", asegura al respecto de la formación de los jugadores.
Mirá la entrevista completa en Estudiantes Play.