La idolatría es una condición idealizada e inalcanzable para el común de la gente, pero quienes llevan esa idolatría a sus espaldas pueden elegir dos caminos: distanciarse de las personas que lo admiran o acercarse a ellos y a ellas. Y Pablo Lugüercio, sin dudas, que elige la segunda opción en su vida personal.
Ya lejos del vestuario, las rutinas de entrenamiento y los partidos a cancha llena, Lugüercio se centró este viernes en dar inicio a Volver a los Orígenes, un programa de la Fundación Estudiantes - que estuvo representada por el dirigente Augusto Cattogio- y el Departamento Socio Deportivo del Club que acompaña la vuelta del jugador a su escuela de la infancia.
En este contexto, fue que Lugüercio regresó a su Escuela N° 52 "Islas Malvinas" del barrio Las Quintas, donde culminó sus estudios primarios. Allí, en su viaje al pasado se reencontró con su maestra primer grado, Lilia Somadossi, que enterada de la presencia de Pablo se acercó al edificio educativo para compartir vivencias con su ex alumno.
Además de estar con su maestra de primero, Lugüercio, jugó con los chicos y las chicas en el patio a la pelota, charló con ellos y ellas y abrió la puerta de una iniciativa que tendrá otros capítulos que seguramente serán igual de inolvidables para otros y otras estudiantes a lo largo y ancho del país.
