En el día de su despedida del fútbol profesional, Pablo Lugüercio vivió una jornada plagada de emociones: el reconocimiento en la previa, el cariño de la gente, los minutos finales en cancha y el agradecimiento eterno de un fiel exponente del ADN Pincha.
"ME LLEVO EL CARIÑO DE LA GENTE"
"Me llevo el cariño de la gente, el respeto y el reconocimiento. Eso me llena de orgullo. Soy un agradecido por todo lo que viví y generé sin darme cuenta", sostuvo luego del empate ante San Martín.
"LO VIVÍ COMO SI FUERA EL PRIMERO"
"Antes del partido lo viví como si fuera el primero en primera, con nerviosismo. Si bien tenía ganas de entrar sabía que no tenía que ser cambio sí o sí. Después pude entrar, tuve una que le dejé a Gastón (Fernández), que pateó al arco, y después no tuve mucho más contacto con la pelota", confesó el "Payaso"
"ME LLEVO COSAS QUE NO IMAGINÉ"
Con una felicidad dibujada en su rostro, Lugüercio valoró haber podido decir adiós en el club de sus amores, con el atenuante de hacerlo con amigos de la vida como el "Tanque" Pavone: "Hay cosas que ni siquiera las soñé. Me llevo cosas que no imaginé. Haber vivido tantos años y que nos encuentre acá con amigos como Mariano (Pavone) hace que sea un afortunado".
