Las entonaciones, sus pausas, sus latiguillos y su pícaro sentido del humor para aliviar tensiones son sus marcas registradas. La tranquilidad al hablar de un suceso que ocurrió hace más de 40 años, pero que su memoria –digna de envidia- permite que lo retrate como si hubiera sucedido ayer. Está acostumbrado a hablar de astros del boxeo como Hagler, "Martillo" Roldán, Tommy Hearns y cientos más; hoy, la charla es sobre los Verón, Pachamé, Madero y el equipo de Zubeldía.
Osvaldo Príncipi es uno de los periodistas especializados en boxeo más importantes de nuestro país. Cientos de veladas pugilísticas han sido relatadas por su voz, que es capaz de llevar consigo al espectador hasta el mismísimo ringside, a vivir y sentir junto a él. Oriundo de la ciudad bonaerense de Mercedes, Osvaldo sintió que el periodismo era su vocación desde adolescente. Al mismo tiempo descubrió otra de sus pasiones: Estudiantes de La Plata.
La familia Príncipi es pincharrata por tradición. Su padre y tíos adquirieron el bono patrimonial para la construcción del Country a finales de los ’60, y transmitieron la pasión a Osvaldo y sus primos. Los viajes desde Mercedes duraban más de ocho horas entre ida y vuelta en su Peugeot 404 azul, concurriendo con asiduidad a principios de los años ’70. El primer partido de Estudiantes lo vio visitando a Vélez Sarsfield, y recuerda que el albirrojo Pedro Prospitti convirtió 2 goles.
Hubo un medio de comunicación que fue clave en su vida, tanto como para la pasión por Estudiantes como por su vocación para el periodismo: la radio. Príncipi comenzó a descubrir el mundo boxístico a través de Radio Rivadavia, con las peleas relatadas por Caffarelli, Cherquis y Cacho Fontana. A su vez, las transmisiones radiales fueron un puntal para que su fanatismo por Estudiantes este latente pese a la distancia. "Seguí la campaña del ’67 por Radio Provincia en la voz de Pablo Zaro, porque tenía buena llegada a Mercedes. También por Provincia con Muñoz; en aquella época, era una distinción que relaten a Estudiantes porque todo era sobre los equipos de la Capital Federal", rememoró.
El equipo de Zubeldía
Paradoja del destino, pudo ver 2 de las 3 finales Intercontinentales que disputó el club: no vio el partido frente a Manchester United, la victoria que considera como "la máxima hazaña de un equipo argentino a nivel de clubes". "Aquel equipo era discutido porque nadie entendía la guapeza, la virilidad y la calidad de jugadores que tenía Estudiantes. No entendían lo adelantado que estaban a su época", comentó, y cree que la prensa de aquel entonces decidió no darle la importancia que esa victoria ameritaba: "Poniéndolo en contexto social y político, aquel triunfo fue el máximo capítulo de un club argentino en el exterior".
Eterno anhelante de viejas épocas, casi chapado a la antigua, Osvaldo piensa que aquellos años eran muy distintos a la actualidad. "90 minutos antes de los partidos, Zubeldía y sus jugadores charlaban con nosotros alambrado mediante. Tenían cordialidad, respeto y mística. Hoy es muy distinto: muchos de los jugadores entran directo en el micro sin contacto con la gente por días", diferenció. Sin embargo, resaltó que los referentes actuales continúan por la misma senda de aquellos héroes de los ’60.
El boxeo en Estudiantes
En relación al club y a su actividad profesional, opinó acerca del boxeo albirrojo. Tuvo palabras de elogio para el crecimiento del deporte en nuestra institución, de la mano de "Rocky" Bustos, y cree que el rol social del boxeo puede incrementarse a través de una mixtura entre el boxeo recreativo y federado, con el otorgamiento de algún tipo de becas para que los jóvenes tengan una chance de soñar.
La importancia de volver a casa
Volver a 1 y 57 es el mayor sueño de todo el pueblo albirrojo. El relator lo conoció en el Metropolitano de 1970, en un triunfo frente a los Andes por 2-1; tiene entre sus recuerdos el gol de Juan Ramón Verón al Palmeiras ("Está en el TOP 10 del fútbol argentino") y un partido frente a River con tormenta eléctrica. "Aquel partido no se jugó bajo la lluvia: se jugó bajo los rayos".
Más allá de lo emotivo, cree prioritario volver porque "es nuestra casa, donde siempre podemos hacer de local. En el Único no siempre podemos, dependemos de recitales o eventos". "1 y 57 tiene algo que sólo tienen los boxeadores que triunfan: tiene ángel. Caminar por calle 1, entre los árboles del bosque y con toda la gente rodeándote es incomparable. En una pared de mi casa tengo el ticket de la platea, y pasto del último partido que allí se disputó", contó Osvaldo.
Su padre, hacedor de tanto fanatismo, tiene 97 años y fue condecorado por la Filial Capital por ser un socio de 10 décadas. En el partido que Estudiantes se consagra campeón frente a Arsenal, en 2010, recorrió los kilómetros que separan a Mercedes de la cancha de Quilmes en remis, porque Osvaldo se encontraba en Las Vegas para relatar a Marcos Maidana frente a Amir Khan. Sus problemas de salud y los de su hermano hacen que ninguno pueda concurrir a la cancha, y Osvaldo tampoco va "porque ir solo no es lo mismo que ir con ellos". Encontraron una buena solución: cada partido lo ven los tres juntos, pegados al televisor como a la platea en épocas de antaño. "Estudiantes es eso, una familia, una identidad", concluyó Príncipi la charla con el sitio oficial.