Estudiantes una vez más define en 90 minutos un campeonato. Como sucedió meses atrás con River, o en diciembre del 2023 con Defensa y Justicia, ahora le toca dirimir con Vélez el trofeo de la Copa de la Liga. El encuentro final en el Estadio Madre de Ciudades de Santiago del Estero.
Es un mano a mano, no hay mañana. El que gana festeja, el otro quedará con la bronca lógica de haber perdido una final de un campeonato muy apasionante y que en la temporada anterior tuvo, por mencionar, como finalistas a Central y Platense.
Ambos llegan a este último partido tras haber superado la instancia de semifinales por penales. Pero claro que Estudiantes lo hizo de una forma muy diferente a Vélez, primero por las características del rival: Boca; y segundo porque luego de ir perdiendo 1-0 levantó su rendimiento colectivo, lo empardó y cerca estuvo de ganarlo en los 90 minutos. En la definición por penales, se lució Mansilla y el Pincha llegó a la final.
¡ES HOY, ESTUDIANTES! ✊🇦🇹 pic.twitter.com/KiBKJxdVOo
— Estudiantes de La Plata (@EdelpOficial) May 5, 2024
Pero así como las dimensiones de cada clasificación fueron disimiles, también lo es esta final porque Estudiantes se sacó de encima a un peso pesado, a quien todos ya habían señalado con el dedo de que era el campeón. Entonces ahora la responsabilidad y las obligaciones son otras. Claramente ahora la responsabilidad es mayor por haber dejado en el camino a Boca y porque a nombre por nombre el Pincha tiene más "nombres" que su rival de turno.
A lo dicho hay que decir que por tratarse de una final, de un encuentro donde se define un título, muchas cosas quedan de lado y entran a tallar detalles menores. Entonces Estudiantes no se puede aislar del libreto que lo llevó hasta aquí, de ser el dueño de la pelota, de sumar gente en ataque, de que Carrillo o Correa, de acuerdo a quien elija Eduardo Domínguez, sean el faro de las ofensivas pero que por las bandas estén los mayores recursos para generar situaciones de gol.
Aunque claro, Vélez también tiene sus pergaminos y no es finalista de casualidad. Su entrenador Gustavo Quinteros enderezó el barco luego de una dura golpiza que le propinó River y el Pincha no puede descuidarse de su oponente, ni de sus individualidades ni de que es un elenco muy veloz que pasa muy rápido la línea de defensa-ataque, situación que le sirvió, y mucho, para dañar a sus contrincantes.
Estudiantes y otra final. La mente fría y el corazón bien caliente serán los ejes centrales para que ese sueño pueda concretarse nuevamente. Estudiantes y otros 90 minutos por delante para agigantar aún más su rica historia dentro del fútbol argentino.
