Cada aniversario de un título es motivo de orgullo, pertenencia y emoción. Al cumplirse 38 años de aquella memorable conquista del Torneo Nacional 1983 en Avellaneda, tras superar en la final a Independiente, dos referentes como Rubén Agüero y Guillermo Trama charlaron virtualmente con Acá hay una Escuela por Estudiantes Play para revivir semejante epopeya.
RUBÉN AGÜERO
"Tuve la suerte de tener un entrenador y unos compañeros brillantes, los más jóvenes se combinaron con los de experiencia para alimentar el hambre de gloria y formar ese grupo unido".
"Bilardo y Manera fueron los mejores técnicos que tuve en mi carrera. Cuando me fueron a buscar a Mendoza, Carlos estaba en todos los detalles, sabía todo de mí. Eduardo me hizo debutar en Primera y de ahí no salí nunca más del equipo. Él siempre me aconsejó y me dio mucho. Fue como un padre, una gran persona".
"La gran virtud de ese equipo fue, más allá de ciertas afinidades, que estábamos muy unidos dentro y fuera de la cancha, nos sentíamos ganadores. En los entrenamientos se notaba que podíamos salir a jugar de igual a igual en cualquier cancha".
GUILLERMO TRAMA
"El recuerdo va a estar permanente en toda mi vida, esas son cosas que no se olvidan más. Lo que jugó Estudiantes, lo que hicimos. Mi segundo gol en el primer partido fue muy importante para después ir a Avellanada, donde hice un gol que hasta hace poco me parecía feo (risas) pero cada vez me gusta más como definí".
"La semana previa a la final jugamos cuatro partidos, una cosa imposible, y encima no perdimos ninguno, por eso nos merecíamos ese campeonato. Contra Independiente se mostró la entereza del equipo y pudimos festejar nada más y nada menos que en su cancha".
"Tuvimos un comienzo duro y un bajón al empezar el Nacional, entonces nos reunimos y hablamos para concentrarnos y salimos a flote de vuelta para ser campeones. Eso habla de la gran unión que tenía ese plantel, sabíamos lo que queríamos".