Alejandro Sabella fue reconocido por la Universidad Nacional de La Plata como "Huésped de Honor Extraordinario" y además recibió el Premio Hoja de Roble por su trayectoria en el deporte. El ex jugador y entrenador albirrojo, motivo de orgullo Pincha, agradeció la distinción, habló acerca de la educación y dejó un mensaje propio de un maestro de su talla: "Hay que ser mejores personas, pensar en el otro y esforzarnos. Esos son los mayores secretos para lograr la felicidad en nuestra vida".
"RECIBIR UN PREMIO DE LA UNIVERSIDAD ES ALGO QUE ME ABRUMA"
"Recibir un premio de la universidad es algo que me abruma, me supera, porque uno está acostumbrado a recibirlo más que nada en el orden deportivo, pero acá estamos hablando de una institución que tiene que ver con el conocimiento humano, con la búsqueda de ser mejor, de aprender permanentemente", comenzó "Pachorra" en su discurso en el nuevo Edificio Sergio Karakachoff de la UNLP.
LA BÚSQUEDA DEL CONOCIMIENTO: UNA ACTITUD PERMANENTE DE "HUMILDAD, LUCHA Y SACRIFICIO"
"Una universidad pública y gratuita no todos los países del mundo la tienen y vienen de todos lados a estudiar. Esto quiere decir que no lo hacemos solos, que necesitamos del esfuerzo de todos, del otro. La búsqueda del conocimiento es una actitud permanente de humildad, lucha, sacrificio, estudio y es como las dos caras de una moneda, el estudiar y el aprender: el estudiante con el maestro y el maestro con el alumno. Todo lo tenemos que hacer con el otro y no sobre el otro. Estudiamos en una universidad pública y gratuita, pero hay un Estado que cobra impuestos y nos facilita, por lo tanto solos no lo podemos hacer. Siempre va a depender de nuestro esfuerzo. Solo un equipo de fútbol no triunfa, ni un entrenador; solos no nos recibimos, vamos a tener que estudiar, y algún día no vamos a tener ganas y va a estar un compañero incentivándonos para que no abandonemos, para que sigamos la carrera", agregó.
"NO EXISTE EL YO SIN EL NOSOTROS: HAY QUE SER MEJORES PERSONAS, PENSAR EN EL OTRO Y ESFORZARNOS"
Así como en su época de entrenador en el club y también en la Selección Argentina, cada palabra de Alejandro dejó una enseñanza, esta vez no fue la excepción: "Pensemos, como dije una vez en una charla, cuando a Muhammad Ali le pidieron que dijera el verso más corto. Era disléxico él y tenía problemas de aprendizaje. Sin embargo dijo "me" y "we" (yo y nosotros). No existe el yo sin el nosotros. No podemos lograr las cosas sin nuestro esfuerzo y sin la ayuda de los demás. Tenemos que pensar siempre en el otro para lograr nuestros objetivos y nuestras metas. Y tenemos que ser mejores personas. Para eso me voy a referir a uno de los mejores equipos del mundo del rugby, los All Blacks, que en un mundial quedaron eliminados en cuartos de final y dijeron que tenían que volver a las fuentes. El título era "barrer los galpones", que quería decir limpiar los vestuarios, que cada jugador se llevara la ropa y la devolviera limpia al entrenamiento. ¿Qué significa? Recuperar la humildad que habían perdido, y cuando lo hicieron volvieron a ser lo que fueron. Por lo tanto hay que ser mejores personas, pensar en el otro y esforzarnos. Esos son los mayores secretos para lograr la felicidad en nuestra vida".
"Me ha pasado a mi permanentemente a lo largo de mi carrera. Estudié en la primaria, en la secundaria y en la universidad en la carrera de abogacía en la Universidad de Buenos Aires. Después, por esas cosas de la vida, ya estaba cerca de jugar en la primera de River y por un lado cometí el error porque no pude cumplir el sueño de ser abogado, de tener un título universitario y capacitarme aún mejor, como estoy seguro que todos ustedes tratarán de hacerlo a lo largo de sus vidas", continuó.
EL EMOTIVO CIERRE
"Cuando yo estaba acá peleando para ver si seguía con ustedes o me iba para el otro lado necesité el conocimiento de los doctores, que estudiaron y me facilitaron que yo pueda seguir viviendo. Necesité el apoyo de mi familia, espiritual y físico, siempre los tuve ahí. Pero también, en esos momentos tan difíciles en los que parecía que las puertas se cerraban, pensé en las cosas que yo les había dicho a mis alumnos, mis jugadores de fútbol, que no podían dar menos del 100%. Y si a ellos les pedía el 100%, yo tenía que luchar para mantenerme con vida. Para ser mejores personas tenemos que pensar en otros más, que nos ayudan a ser mejores, que son nuestros ocasionales adversarios. Ellos también forman parte de nuestro camino. Y no se olviden de dos palabras fundamentales, que son pedir las cosas por favor y dar las gracias".