Es habitual, y a esta altura un clásico, el torneo de padres de chicos que van al jardín del Club. El objetivo es unir, la interacción entre padres, madres, niños y familiares alrededor de la pelota; con la cancha número 4 del Country Club de City Bell como escenario de lujo para un momento único que también se llevo a cabo gracias al apoyo de la Comisión Directiva.
Este año los equipos destacados fueron los de las salas Blanca y Amarilla que terminaron punteros tras haber ganado 5 juegos cada uno y disputaron una final. En el partido estuvieron todos los nenes y nenas de cada una de las salas, y, por ende, a las madres no les quedó otro remedio que decir presente.
En la cancha hubo un partidazo jugado por hombres casi mayores, pero dignos. Un buen espectáculo. Rápido la sala blanca se puso en ventaja con goles de tiro libre de Patricio Carusso y Sebastián Giordano, cerca del final del primer tiempo descontó Gastón Pereyra para la sala amarilla, y así, con mucha expectativa nos fuimos todos a tomar un poco de aire en el descanso.
Lo del segundo tiempo fue puro instinto, los de sala amarilla jugaron más como pudieron que como lo pensaron. Hubo tiros en los palos y pudo haber empate en la última jugada del partido para los amarillos, pero la sala blanca de contra también pudo haber hecho uno o dos goles más y definirlo antes.
LA CARTA DEL TÍO FEDERICO PARA EL CLUB
Uno de los que dijo presente el día del evento, fue el tío de una de las niñas que va al jardín de Estudiantes, Federico Bon Durán que escribió una carta abierta contando sus sensaciones de lo vivido en la jornada.
El fútbol te hace amigo
Que cuando sos padre tu manera de sentir la vida cambia, es tan cierto, y absoluto, como que la familia se construye todos los días, con cimientos sólidos, para que dure. No es tan usual como uno quiere identificar ese concepto de unión familiar en la diaria. La realidad nos muestra todo el tiempo que somos una sociedad degradada, violenta, dividida. ¿Aquello que nos enseñaron nuestros abuelos y nuestros papás se perdió? Parece que no.
Soy de la sala amarilla, perdimos, pero creeme que lo disfrutamos todos. Jugar al fútbol, en realidad practicar deporte en equipo, te hace amigo. Y ese el otro gran motivo por el cual mejoró nuestro estado de ánimo durante todo lo que duró el campeonato.
Muchísimas gracias, en nombre de todos los que jugamos, a los organizadores de torneo, a los árbitros y a la Comisión Directiva del Club Estudiantes de La Plata (esencialmente a Osvaldo Lombardi) por la donación de pelotas y por dejarnos jugar la final en una de las canchas que usan los chicos de inferiores. Todo lo recaudado en el torneo se va a utilizar para comprar un sistema táctil interactivo para los niños del jardín.
Existe un lugar donde se privilegia "el nosotros por sobre el yo" (como dice el Profesor Alejandro Sabella), ese lugar en el mundo para nuestros hijos queda en City Bell. No se trata esto de algo vinculado al fútbol profesional, de hecho muchos de los niños, y aún sus padres, miran con amor a otros equipos los fines de semana. Esto es otra cosa; se trata de la recuperación de los valores que, quizá, nos hagan dejarle un mundo un poco mejor a ellos.
Desde hace unos años, se juega el torneo de fútbol de padres del jardín de infantes del Club Estudiantes con la finalidad de recaudar dinero para materiales que todos los chicos, los de hoy y los de mañana, van a utilizar en su proceso educativo.
Aquí, para concluir, una de mí mismo: mi hija, Emilia, tiene recién 2 años, tuve la oportunidad de jugar debido a que mi sobrino es alumno de sala amarilla y fui invitado, y aceptado en el torneo. La familia, la educación y los valores como el respeto, son todo lo que quiero para ella. No tengo ya que preocuparme por saber a que colegio la voy a mandar.
