Siendo la cabeza de una amplia estructura abocada a la formación de jugadores, Pablo Quatrocchi es una palabra más que autorizada dentro del rótulo "Formadores". Como jugador entendió que debía disfrutar más, y como coordinador se encarga de lograr que los chicos valoren el lugar que ocupan y la camiseta que representan. Durante la pandemia, el club siguió en contacto con todos y cada uno de los jugadores, lo que que marca un sentido orgullo para todo el abanico del Fútbol Amateur.
- ¿Qué es ser un formador?
Un formador es una persona que te va guiando y formando en todos los aspectos. Nosotros nos enfocamos mucho en la persona, y en lo deportivo obviamente, pero más en la persona. Hay que entender y respetar los procesos en el Fútbol Juvenil y también del Fútbol Profesional, que son completamente distintos. En uno se trabaja durante la semana para el próximo partido, y en Juveniles trabajás a futuro.
- ¿Qué tiene que tener un formador?
Mucha vocación, entender los momentos de los chicos, las edades y obviamente ser técnico con ideas de fútbol. Principalmente recalco lo de las edades, para tener un objetivo bien en claro, para saber a lo que se apunta y entender su función y su rol.
- ¿Quiénes fueron tus formadores en tu etapa de jugador?
Mis formadores fueron Horacio Basilio que me dirigió en el Club Social y Deportivo Moreno, un club de barrio, y después me llevó a Quilmes. En Quilmes tuve a Ponce y Héctor Notaris; antes había un técnico para tres divisiones, no se trabajaba en la especificidad sino más en lo general. El técnico solo te tenía uno o dos días en la semana para jugar el sábado, no se requería de tanto tiempo.
- ¿Cuál es el mejor consejo que te dejó un formador?
Tenía un entrenador que siempre me veía jugar enojado y me exigía que disfrutara del juego, que sonriera. Siempre jugaba enojado, me peleaba, y eso hoy lo aplico mucho y presto mucha atención en los chicos que noto que tienen una carga o una presión y no disfrutan del entrenamiento o del juego. Trato de que me escuchen decir ´disfrutá´, que valoren, con responsabilidad pero que disfruten del lugar en donde están. Ese consejo lo guardé y me quedó grabado. Me lo crucé de grande y tengo muy buena relación con él, y se lo recordé. Intenté disfrutar a mi manera cada entrenamiento y partido. Disfruté muchísimo mi carrera pero siempre jugando de la misma manera.
- ¿Cómo es formar jugadores con el ADN de Estudiantes?
No es algo que nos proponemos, el ADN ya está dentro del club y la estructura, y no hace falta proponerse entrenar al jugador con el ADN de Estudiantes de La Plata. Toda la estructura, los técnicos, los profesores, tienen un alto grado de responsabilidad y compromiso, eso se transmite y los chicos lo notan.
- ¿Cómo encaró el grupo de trabajo este año complicado?
Destaco la disciplina y el compromiso. Como coordinador no tengo que estar detrás cada técnico viendo si hacen su trabajo o no. No se si lo fuimos mamando. No te podés quedar atrás. No hay gente que le esquive al trabajo, Con todo lo que estamos pasando, me di cuenta el grado de compromiso que tuvo la estructura del Fútbol Juvenil para acompañar a los chicos en este momento. Se los remarco siempre en cada reunión, estuvimos pendientes de todos los chicos, y estuvimos en contacto diario desde que empezó la cuarentena, estoy muy conforme y orgulloso del trabajo que estuvimos haciendo.