La marea roja y blanca se adueñó de La Plata. Después del triunfo ante Talleres de Córdoba se desató la fiesta. Las tribunas desbordaron de alegría, las luces blancas de los celulares iluminaron las tribunas del Estadio Ciudad de La Plata y los jugadores se sumaron a un festejo que es de todos y todas. De la familia Pincha. Pero esto fue sólo el comienzo.
Ya sobre la calle 532 y la intersección de la avenida 25 la multitud se reunió y empezó la caravana que tuvo más de 400 metros de personas emprendiendo el regreso a casa. A 1 y 57. Para arrancar, las bengalas de luces y humo encendieron el camino de 532 para dar inicio a una caravana que continuó por la Avenida 7, dobló por calle 54 y culminó en 1 y 53, bien cerca del Estadio Jorge Luis Hirschi.
En el trayecto, el Presidente Juan Sebastián Verón se sumó al resto de los hinchas. Mariano Andújar junto a su hijo transitó el camino. Lo mismo Gastón Fernández que gritó como un Pincha más junto a su familia. Matías Pellegrini, con paragua en mano, se subió al camión de los bombos, las trompetas y los redoblantes que sonaron en los más de 6 km transitados.
Los hinchas se fueron multiplicando a cada paso dado. Quienes viven en alguno de los puntos recorridos desplegaron su bandera en el balcón, se sumaban a los cantos y trataban de capturar alguna foto o video con la emoción a flor de piel.
En la caravana, niños y niñas querían ver de arriba de los hombros de su papá la fila interminable de hinchas. Otros, a pesar de las dificultades físicas cumplieron con la promesa, no claudicaron y llegaron a destino. También hubo personas que llevaron una imagen de un ser querido que alienta desde el cielo.
Después de 14 años volvemos a casa con una peregrinación Pincha que representó el esfuerzo en todos y todas durante este tiempo. Pero esta caravana de viernes por la noche fue sólo un prólogo de emociones y sensaciones que tendrán su punto cúlmine con la apertura de UNO. Allí, cuando las puertas se abran otras vez, la pasión tendrá nuevamente los colores de Estudiantes.
