La cultura del trabajo, el esfuerzo y el sacrificio individual para lograr el bien colectivo son valores propios del ADN de Estudiantes, que el club replica más allá del aspecto deportivo y busca trasladarlo permanentemente a nivel institucional en pos de lograr el bienestar social. Un ejemplo claro de lucha inclaudicable es el de Susana Trimarco, madre de Marita Verón, quien fue secuestrada y desaparecida en la provincia de Tucumán en abril del año 2002.
Tras recibir un pedido formal de audiencia, Juan Sebastián Verón se reunió con Trimarco durante dos horas en las instalaciones del Country de City Bell, donde el presidente dialogó con la madre de María de los Ángeles y ambos coincidieron en avanzar con la propuesta de llevar a cabo acciones conjuntas entre la institución y la fundación que lleva el nombre de la hija de Susana.
Asimismo se estableció el compromiso de concretar capacitaciones en el ámbito educativo y formativo del club contra la violencia de género y la trata de personas, tanto en el colegio del Pincha, como en las diferentes disciplinas albirrojas. Posteriormente se sumó a la charla el entrenador del plantel profesional, Lucas Bernardi, junto a quien continuaron el diálogo y destacaron las acciones que la Fundación Estudiantes lleva a cabo en materia de igualdad y contención.
Trimarco valoró además el perfil institucional y la vocación de acción social fijados desde la Comisión Directiva, aspectos que la motivaron a acercarse para mantener un vínculo, trabajar en conjunto y avanzar en cuestiones operativas de la comunión entre ambas partes.
Desde el secuestro y desaparición de su hija el 3 de abril de 2002, Susana Trimarco encaró una desesperada búsqueda y, el 19 de octubre del 2007, creó la fundación para brindar asistencia integral a las víctimas así como también recibir denuncias, ofrecer contención y asesoramiento a familiares. En julio de 2008 inauguró el primer refugio especializado del país en Tucumán, que permitió replicar los protocolos en Buenos Aires y Córdoba.
