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Boxeo • 17 junio 2024

La alegría fue completa en el ring y en todos los rincones de UNO

El boxeo amateur del Club Estudiantes sigue en el buen camino. El viernes que arrancó a plena luz del día con guanteos y continuó con diez combates oficiales ante un marco de público con que merecen éstos jóvenes del rudo deporte amateur. Las ovaciones más grandes en UNO conmovieron por los cinturones que obtuvieron Ludmila Accomando Bustos y Luis Cuella, dos juveniles de 18 años que en la categoría Novicios (menos de 20 peleas) puso en juego la Liga Bonaerense de Boxeo Amateur, organismo adherido a la Federación Argentina de Boxeo, que fue la encargada de fiscalizar la reunión junto a la Comisión Municipal de Boxeo.

"La Pequeña Lulú" y "Lucho", pincharratas de corazón, son dos promesas que arrancaron los entrenamientos luego de realizar salidas recreativas con dos instituciones que contienen a los menores de edad en contextos vulnerables. Y de los talleres de boxeo en nuestro Estadio "Jorge Luis Hirschi" descubrieron una disciplina que hoy los tiene en pleno ascenso y un gran momento personal.

Los sueños pugilísticos vinieron de distintas zonas y atravesaron rutas. La visita bautismal de San Lorenzo de Almagro fue una gran nota. Además, los del Club Villa Alcira de Lanús, y del interior de la Provincia, Necochea Box, La Leona Box de Chascomús y la Escuela de Hugo Delgado cita en Domselaar, localidad rural de San Vicente.

Estudiantes arrancó ganador con Luciano Giaccio, quien se mostró a sus 19 años seguro y superó los nervios del debut con gran actitud y precisión en sus puños. Ganó en las tarjetas ante un rival con dieciocho peleas como Diego "El Pampa" De Macedo. "Fuiste un francotirador", felicitó a Giaccio uno de sus compañeros. Una curiosidad: el "Rusito" es familiar de un histórico boxeador de los años setenta, Miguel Chequer, quien a los 80 años y radicado en Comodoro Rivadavia pudo ver la transmisión de la pelea en directo por Estudiantes Play.

Gonzalo Cruz llevó otra buena noticia para el vestuario local, ya que "El Tigre" cumplió el plan de trabajar la distancia y lanzó zarpazos que acertó en la humanidad de Manuel Peñaloza, un prolijo alumno de la escuela de Juan Siri. En las tarjetas el fallo unánime dio ganador al rincón rojo en categoría hasta 72 kilos, peso al que subió el púgil Pincha —nacido en Calafate el 25 de junio de 2002— acostumbrado a pelear en 69.

Llegó el turno de Ludmila Accomando Bustos, quien viene subiendo al ring con regularidad y acostumbró a ganar en sus primeros pasos. Tuvo una prueba de fuego ante una adversaria como Patricia Ibarralen, "La Gitanita", experta, de familia de boxeadores (papá y marido) y precedida de veinte peleas —nueve victorias y una reciente contra rival de Camioneros—.

Pero nada le importó a "La Pequeña Lulú" que metida en lo suyo, con la intensidad de sus combinaciones de uno-dos logró impactó un directo de izquierda en el rostro enemigo en la primera vuelta, causando una hemorragia nasal que llevó a que el árbitro, Diego Sánchez, decidiera parar el combate a los 30 segundos del segundo asalto. Accomando volvió a gritar su "vamos Estudiantes", al escuchar el fallo que la dio vencedora por RSC (referí suspende combate).

Luego le tocó brillar a Luis Cuella, en 64 kilos, cuando los altavoces anunciaron el título ante Alex Cerviera por la categoría novicio (menos de 20 peleas). El pincharrata hizo delirar de contentos a las amistades y compañeros del club que corearon el "vamos Lucho" desde el ring side y las gradas. Ganó bien por puntos y finalizar la velada, mas fríamente, analizó que "fue una pelea muy cerrada, me esperaba otra cosa porque me veía superior al llegar cien por cien físicamente, pero una cosa es el gimnasio y otra es pelear". Antes de esta pelea, los cuerpos técnicos se comprometieron a una revancha para el 12 de julio en Chascomús, en el gimnasio La Leona.

En el sexto combate llegó Selene Olguín, de Estudiantes, "La Mona" que atacó como una verdadera leona y superó a Ludmila Katz. Ambas contendientes surgieron de las artes marciales y propusieron un espectáculo intenso. La púgil Pincha tiró gran cantidad de manos arrinconando a su rival y supo conectar manos que llevó a que el árbitro pare la pelea. "Me había cruzado en dos guanteos con esta chica y la conocía, estuve toda la semana estudiándola para saber por donde ir, sabía que iba a ganar", apuntó Selene.

Además de los auspiciosos triunfos albirrojos, el evento tuvo a otros protagonistas que demostraron una excelente performance. El berissense Adriano Greco, del Team Acosta (Chacarita), superó a Tomás González, de Boedo y del gimnasio "Héctor Morales" de San Lorenzo; Nicolás Buceta, del barrio Villa Elvira y del gimnasio de Portilla y Escasena, superó al chascomunense Manuel Diozquez (por puntos) y en una grata sorpresa Alvaro Gimenez, de Villa Garibaldi y pupilo de Juan Siri, en "La Noche de las Revanchas", volvió a vencer a Alejo Guerrero, de Monte Chingolo. El visitante tiró un poco más, pero Alvaro fue más preciso y potente, dando una señal de que si toma en serio esta carrera podría seguir la senda triunfal que en la familia hoy tiene a su hermano Ayrton Gimenez como campeón argentino, con 21 peleas profesionales y una sola perdida por un título mundial en Italia.

Entre las visitas que no pudieron competir, quedó en el ring side Rocío Prada, una campeona necochense cuya sangre toca la columna vertebral del mejor boxeo argentino: su bisabuelo fue Alfredo Prada (el de los clásicos con Gatica). La velada nos dejó más certezas en cuanto al gusto que se llevan las visitas de directivos, técnicos, deportistas y público en general por la organización del boxeo en el Estadio "Jorge Luis Hirschi", al ofrecer garantías y comodidades. "Nos sentimos cómodos y es importante que pase en la capital de la provincia de Buenos Aires, se lo ganó Rocky Bustos por tanto trabajo, e incluso pudimos ver a la gente de San Lorenzo y de Gimnasia", apuntó Gustavo Ganim, avezada personalidad que recorre el país y es uno de los fundadores de la Asociación de Managers y Boxeadores Argentinos Profesional y Amateur (AMBAPA).

Por algo la Escuela de Boxeo lleva el legado de José Umberto Menno, quien además de querer los colores propició en su trayectoria un boxeo más seguro y una juventud más gana. Por esa senda de valores el boxeo pincha seguirá siendo un orgullo.

 

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