Sin dudas que es una exigencia de alto vuelo para Estudiantes. No sólo por el rival, porque el partido se juega en La Bombonera, sino porque el equipo viene de perder con Banfield 2-1 y de los últimos nueves puntos apenas sumó uno frente: 2-2 Argentinos Juniors. Esa responsabilidad de mejorar, de volver a ser ese equipo que fue en el clásico con Gimnasia o que tan buen jugó en Colombia ante Atlético Nacional. Claro que hay ciertos impondarables que colaboraron para el bajón, como lesiones o sanciones pero que mejor que volver a tomar vuelo ante un Boca que está en un momento casi perfecto porque marcha líder con puntaje ideal en la Copa Libertadores y en el certamen doméstico aún no perdió y está apenas a cuatro puntos de San Lorenzo, líder absoluto, y a tres de Rosario Central, el escolta.
Ahora bien, qué debe hacer Estudiantes esta tarde-noche en La Ribera para quebrar a Boca. Principalmente no cederle el terreno, robarle el balón, que ni Erbes ni Meli sean dueños de la pelota, que Osvaldo, Carrizo y Chavez sean bien controlados por los defensores. Está claro que la tarea no será sencilla pero los pupilos de Pellegrino ya dieron muestras suficientes de saber capear el temporal y demostrar que pueden estar para cosas importantes.
Estudiantes se la juega en la Boca. Un buen resultado lo volverá a meter en la pelea grande y por supuesto le dará la inyección anímica necesaria para encarar lo que será la semana próximo donde jugará con Racing en el Estadio Ciudad y luego podrá comenzar a sellar su clasificación a los octavos de final de la Copa frente a Atlético Nacional, también en La Plata.