Era septiembre de 2010, y el buen andar albirrojo en el campeonato Apertura comenzaba a dar que hablar. Punteros, el equipo conducido por Alejandro Sabella le ganó 2-0 a su clásico rival en la cancha de Quilmes, y tenía como escolta a San Lorenzo de Almagro. Su técnico había declarado que su equipo era "como un Ford Falcón". Luego del clásico platense, a Juan Sebastián Verón le preguntaron qué auto podía ser aquel Estudiantes. "Un Rastrojero, somos humildes, pero vamos a llegar seguro", dijo.
Eduardo Vidal, hincha y socio albirrojo, se volvió loco tratando de conseguir un Rastrojero por todo el país. "Cuando escuché su declaración me dije a mi mismo que tenía que conseguir uno, era una locura linda", aseguró Eduardo. Luego de recorrer toda la provincia de Buenos Aires, compró una camioneta modelo ’66, la desarmó íntegra en su taller para pintarla de rojo y plotearla con escudos y estrellas.
Apodada como "Rastrujita", el vehículo nunca faltó a entrenamientos y partidos; incluso el plantel profesional autografió el capó y se fotografiaron con Eduardo y la "Rastrujita". También tuvo la desgracia de sufrir actos vandálicos, como la rotura de cristales y rayaduras en la pintura.
Eduardo es fanático pincha desde la cuna, y tiene más de una anécdota referida a su pasión por el club y los vehículos. Cuando Estudiantes salió campeón en el año 2006, no tuvo mejor idea que festejar a los saltos en el techo de su Renault Twingo, que quedó destrozado. "Se me salió la chaveta y lo destrocé. Veníamos de más de 20 años de frustraciones, en aquel momento no me importó nada", cerró el contacto con el sitio oficial.