Nacido en la localidad bonaerense de Roque Pérez, Juan Colombo llegó a Estudiantes en enero de 1981 para integrarse a las divisiones inferiores. Humberto Zucarelli, a quien había enfrentado en la Liga de 25 de Mayo, recomendó su contratación. Luego de buenas prácticas y de disputar algunos partidos, debió incorporarse al Regimiento de Infantería 7 para realizar el servicio militar obligatorio, por lo que debutó en el torneo de Inferiores recién en Noviembre, al salir en la primer baja.
"Todavía recuerdo los nervios y la emoción cuando me dijeron que Bilardo quería que entrene con la Primera en City Bell", cuenta Juan, al recordar que a fines de marzo de 1982 había rendido bien en varias prácticas, llamando la atención de un recién llegado Carlos Salvador. Pero a los pocos días, en lugar de ir al Country, tuvo que presentarse al Regimiento 7. El 15 de abril estaba en las islas.
Tristeza, miedo, dolor, angustia: una mezcla de sensaciones difíciles de procesar con sólo 19 años. La desilusión al no ver regresar a un compañero. El alivio del final de la guerra, aunque poco duradero al no poder compartirlo con los que quedaron en Malvinas para siempre. La difícil reinserción a la vida cotidiana, la indiferencia de algunos sectores, el olvido hacia los ex combatientes. A día de hoy alrededor de 350 ex soldados se suicidaron, muchos de ellos empujados por todas estas penurias. Juan tuvo la suerte de retomar el fútbol y estar en un club como Estudiantes.
Al regresar, el estado físico de Juan no era el apto para el entrenamiento. Debía recuperar 12 kilos que quedaron en Malvinas, pero una hepatitis inoportuna se lo impidió y lo alejó 4 meses de los entrenamientos. El club debía ofrecerle el primer contrato o dejarlo libre. A fines de diciembre de 1982, Estudiantes le firma su primer contrato. Él lo cuenta emocionado: "Fue como volver a pleno a la vida: Estudiantes, Bilardo y el Negro Antonio (entrenador de la 4ta división) me dieron la chance de sentirme entero, valorado y de cumplir el sueño de debutar en Primera a un año de la guerra".
Debutó el 3 de abril frente a Unión San Vicente de Córdoba, por el Nacional ’83. Tras una serie de lesiones, volvió a jugar en Reserva, algún que otro partido en Primera ingresando desde el banco, y tras un gran partido suyo en 1 y 57 contra Huracán que al Pincha lo dejaba puntero, jugó contra Instituto en el actual Mario Alberto Kempes, y allí se rompió los ligamentos cruzados y el menisco lateral interno.
Le demandó diez meses la vuelta a los entrenamientos. Tras que algunos técnicos no lo tuvieran en cuenta, decidió buscar otro rumbo. Estudiantes le renovó contrato y permitió que siga entrenando hasta conseguir otra institución, y recién allí rescindir el vínculo contractual. "Ese gesto tremendo pinta entero lo que es Estudiantes", explica Juan, y afirma que "me fui del Pincha sintiéndome campeón de todo, como si hubiera participado de todas las copas y títulos que tiene el club". Jugó en algunos clubes del interior, pero se retiró del fútbol a los 26 años luego de que la rodilla le dijera basta.
Juan Colombo cierra la entrevista con sus palabras: "Dios me tenía reservado un lugar en un club maravilloso para volver a vivir y soñar con el fútbol. Aunque suene exagerado: el fútbol, Bilardo, el Negro Antonio y Estudiantes de La Plata me devolvieron a la vida"
En la actualidad, Estudiantes incluye como ‘socios honorarios’ a todos aquellos que hayan participado como soldados en la Guerra de Malvinas, tras un convenio de cooperación y asistencia firmado en 2011 con el Centro de Ex Combatientes de Islas Malvinas (CECIM). El mayor beneficio es que no abonan cuota social.
Christian Nahuel Sosa