El básquet de Estudiantes también volvió a 1 y 57. Como lo hizo el fútbol el 30 de noviembre de 2019 en el enfrentamiento con Atlético Tucumán, o el elenco de voley femenino días atrás, ahora el baloncesto retornó a su lugar de origen. El 13 de enero de 2020 quedará tan marcado en la historia de este deporte como las fechas de los campeonatos ganados en capital, la APB, o como el ascenso al Torneo Federal; ya que por primera vez la plantilla que conduce Mauricio López entrenó en el nuevo gimnasio ubicado debajo de la platea de 115.
Y este retorno luego de décadas, ya que por años de años el básquet pincha se hizo grande tras abandonar el rectángulo en la vieja cancha de 1; en el legendario Pedro Osácar de la sede social; contó con un aditamento muy particular porque se pudo apreciar en el gimnasio a dos valores que para el entrenador pincha son refuerzos de lujo: Juan Pablo Sartorelli y Facundo Vallejos. Ambos se perdieron el inicio de la campaña de Estudiantes en la División Bonaerense del Torneo Federal por diferentes lesiones y hoy están de vuelta para ser parte del equipo que afrontará la segunda mitad del certamen.
El regreso a UNO, lugar donde Estudiantes supo ser grande en la antigua cancha de polvo de ladrillo que precisamente también se ubicó debajo de las gradas de la vieja cancha que daban espaldas a la calle 115; se llevó a cabo con la presencia del Secretario de Deportes del club Bruno Salomone, el director Fernando Yuma, el sub director Gustavo Pérez; y miembros de la subcomisión de básquet estudiantil. Tras unas breves palabras de los responsables de la citada secretaría; los basquetbolistas junto al entrenador Mauricio López, el preparador físico Fernando Rial, el asistente técnico Lucas Conti (quien además será entrenador de las divisiones formativas) conocieron los "camarines" del Jorge Luis Hirschi e inmediatamente retornaron al rectángulo de juego para primero tomarse una fotografía grupal y posteriormente poner en marcha el primer entrenamiento oficial en 1 y 57 lugar donde supo llegar a la gloria de la mano de Eulogio Fernández.