DE JUGADOR A DT
En su Uruguay natal, Leo Ramos comenzó su carrera como entrenador, donde logró salir campeón con Danubio. Autodefinido como un DT al que le gusta trabajar y estar cerca del jugador, el ex futbolista albirrojo cuenta cómo vive su rol de técnico: "Desde que me vine para Uruguay nos ha ido bien a mi como entrenador y a mi cuerpo técnico. El primer año me tocó dirigir a Progreso que fue el equipo donde me inicié, lo ascendimos a primera y estuvimos medio año más ahí. Después fuimos a Danubio, agarramos al equipo con nueve puntos, casi en el descenso y lo sacamos campeones. Ese mismo año clasificamos a Sudamericana y Libertadores; estuvimos 2 años y medio ahí, y este último torneo estuvimos peleando y salimos segundos. Ahora decidí no renovar y estoy descansando, disfrutando la familia y esperando que surja alguna propuesta. Miro fútbol, estudio inglés, me anoté en un curso de informática y realmente estoy contento".
UN TÉCNICO FORJADO CON VALORES ALBIRROJOS
"Tuve grandes entrenadores y siempre traté de sacar lo mejor de cada uno. De Russo y Manera traté de sacar el orden, trabajar mucho la pelota parada; que de hecho hoy he hecho muchas de las jugadas que hacíamos. Del 'Profe' Córdoba el hecho de haber sido lo más compañero posible del futbolista, sin perder la línea; tratar que el jugador sepa lo que uno quiere. Soy un entrenador al que le gusta mucho trabajar, trato de estar en todos los detalles posibles, de no dejar nada librado al azar. De nada vale entrenar bien si el jugador no está convencido de la idea del entrenador", revela el charrúa respecto de los valores que supo tomar de sus ex entrenadores que tuvo en el Pincha.
UN CLUB QUE LO FORMÓ COMO JUGADOR Y COMO PERSONA
No es el primero ni tampoco el último que lo dice. Estudiantes tiene algo que lo distingue de los demás clubes. Formación futbolística al margen, pese a no ser un nacido en el club, Leo Ramos destaca la impronta que le dejó el Pincha: "Estudiantes me formó como jugador y como persona, más allá que cuando llegué ya había jugado en primera. Siempre recuerdo cuando llegué en el torneo del ascenso y esas palabras de Russo y Manera, que me dijeron que Estudiantes era una gran familia y que todo lo que pasaba quedaba ahí. Siempre tomé esas palabras para mi vida. Tuve la suerte de jugar en el club, de ser capitán y estar en un equipo histórico como lo fue el del ascenso. Tuve grandes entrenadores y conocí gente muy valiosa. Guardo lindos recuerdos, tengo mi casa en City Bell, hijos argentinos que son hinchas fanáticos y vibran como lo hace toda La Plata".
FELIZ POR EL PRESENTE DE LA INSTITUCIÓN
Sintiéndose parte de la realidad de Estudiantes por haber aportado su granito de arena en épocas difíciles, el oriundo de Montevideo asegura sentirse feliz por ver a la institución como está: "Me pone muy contento ver todo lo que ha logrado el club por que uno sabe lo que ha tenido que pasar. Nosotros, todo ese grupo del ascenso, estuvimos en un momento complicado, y hoy ver al club cómo está y cómo ha crecido la verdad es que alegra y mucho. Hace poco me tocó ir al country con Danubio a jugar un amistoso y también recordar lo que era el predio antes y lo que es ahora; es un hotel 5 estrellas. Da gusto la organización y te hace sentir un poco partícipe, tener ese sentido de pertenencia. Siempre el anhelo fue volver al club y sé que en algún momento, como entrenador, se va a dar y va a ser algo muy importante".
EL FANATISMO DE SU FAMILIA Y LA ANÉCDOTA DE UNO DE SUS HIJOS EN EL MUNDIAL DE CLUBES
"Estábamos viendo la final con el Barcelona, y mi hijo Santiago que es el más fanático y enfermo de todos por el Pincha; en aquel momento había tormenta y le decía 'lo único que falta es que se corte y se nos vengan', y fue así; cuando volvió iba ganando el Barcelona y empezó a lagrimear, a tirar los vasos y pegarle a la mesa. Se volvió loco con el resultado. Es la manera que creo yo tiene la gente del Pincha de vivir esas situaciones y el fanatismo por el club", recuerda, dando cuenta de cómo su familia logró adoptar el sentido de pertenencia y el amor por los colores de Estudiantes.
UNA RELACIÓN DE AMISTAD ÚNICA CON EL RUSO PRÁTOLA
Si algo le dejó Estudiantes a Leo Ramos fue, además de cualquier logro o aprendizaje, una relación de amistad incondicional con el recordado y querido Ruso Prátola. Al día de hoy, el uruguayo lo recuerda como el hombre entrañable que fue: "El Ruso fue padrino de mi hijo y yo soy padrino de Iara, la hija de él. El hecho de haber puesto cada uno de nosotros a nuestros hijos como padrinos o ahijados da cuenta de la relación que nos unía. Era un tipo caudillo, siempre estaba firme en todos los detalles, y estoy convencido que si hoy estuviese acá estaríamos trabajando juntos; yo como ayudante de él o él ayudante mío. Hicimos una relación tal que con sólo mirarnos ya sabíamos qué iba a hacer el otro. Fue tan grande como persona que al día de hoy se lo recuerda, que es algo importantísimo. Cuando hay un jugador que deja una huella significa que ha sido muy querido y él fue un estandarte. Me puso contento cuando Sebastián (Verón) mostró esa camiseta como que el Ruso estaba acá y es así, de alguna manera debe estar feliz con todo lo que ha pasado hasta ahora. Siempre va a estar en el corazón de todos, fue un grande y lo va a ser toda la eternidad".
Axel Damian Padilla