Ya son 48 años de aquel 16 de octubre de 1968 en el cual Estudiantes llegó a lo más alto del fútbol mundial. Esa noche en Manchester, Estudiantes logró lo que nadie aún pudo repetir, ser campeón mundial de clubes en la propia tierra de los creadores del fútbol.
En Old Trafford y con gol de Juan Ramón Verón Estudiantes alzó la Copa Intercontinental. Las finales ante Manchester fueron a dos partidos. El primer capítulo tuvo como epicentro la cancha de Boca, que vale aclararlo "explotaba" de hinchas albirrojos, y Estudiantes ganó por la mínima con gol de Marcos Conogliario de cabeza.
Todos en Inglaterra confiaban en que el local, el United, iba a dar vuelta la historia y se quedaría con la corona mundial porque ese 1-0 era sencillo para darlo vuelta. El clima fue hostil para todo Estudiantes desde el mismo momento en que ingresó al mítico Old Trafford. Don Osvaldo Zubeldía confió plenamente en su equipo desde el primer momento.
Juan Ramón Verón, tras una jugada de laboratorio, con golpe de cabeza puso el 1-0 y enmudeció Old Trafford. Ni Denis Law, ni Bobby Charlton y mucho menos George Best pudieron con Estudiantes que tras la expulsión de Tato Medina se agrandó aún más y supo como jugar con el nerviosismo de su rival que llegó a la igualdad sobre el final del partido a través de Morgan.
Luego fue todo fiesta para ese minusculo grupo de hinchas albirrojos que vivieron algo único junto al plantel en el suelo de los creadores del fútbol. La noche del título Estudiantes formó con: Poletti, Malbernat, Aguirre Suárez, Medina (expulsado), Bilardo, Pachamé, Madero, Ribaudo (Echecopar), Conigliaro, Togneri, Verón.
Pasaron 48 años, pero ese 16 de octubre de 1968 quedará en la memoria de todos. Porque Estudiantes, contra todos los pronósticos tocó el cielo con las manos y cumplió al pie de la letra una frase que quedará por siempre en la memoria de todos los estudiantiles: "A la gloria no se llega por un camino de rosas". Salud campeón.