Las rachas están para romperse, en el corto plazo o en el largo plazo. Y Estudiantes cumplió con ese alegato tras nueve derrotas en fila. En su retorno al Country Club, el quinteto pincha batió a José Hernández, uno de los mejores cuatro equipos de la zona metropolitana, 82-76. Con este éxito, que tuvo a Vallejos (7-12 de tiros de campo) como el jugador clave en los segundos finales, los dirigidos por Mauricio López salen del fondo de la tabla valorativa.
La premisa era una sóla, ganar. Y así lo entendió el equipo, que por primera vez en lo que va del año y tras varios meses, estuvo completo. Si bien esa necesidad de ganar lo llevó a cometer errores o tomar tiros apresurados, sus ganas por alcanzar el objetivo y el convencimiento de lo que estaba obligado a efectuar en el rectángulo de juego para superar a Hernández, le dio sus frutos. Debió sufrir, es más estuvo a punto de quedarse sin nada, aunque esa convicción por darle el balón al jugador libre le permitió, de la mano de Facundo Vallejos, abrochar el triunfo ante un gran equipo como es el elenco de Mataderos.
La defensa pincha nunca claudicó, pero también es verdad que sufrió cuando la visita metió la pelota bajo al cesto donde Piuma y Varela fueron los responsables en mantener a raya a la visita.
Estudiantes jugó con el libreto bien estudiado. Movió el balón en ataque, sabiendo que esto iba a desgastar a la defensa rival. Pero todo lo bueno que efectuó en ofensiva no se tradujo en el resultado y esto le permitió a Hernández, que le dio acción a sus internos o a los aleros, irse al primer descanso arriba 21-18.
Los tiros de tres puntos, que a la larga le dieron rédito, no fueron efectivos y esto fue negocio para los visitantes que rápidamente anotaron 5 puntos seguidos. Fue Mazza el que rompió la sequía de larga distancia y Noguera le dio nuevamente la ventaja al equipo (antes de ese quiebre estuvo arriba 18-17 a 2.01 para el final del primer parcial) tras anotar de tres puntos: 29-26. A partir de aquí la presión sobre la bola, los cambios sobre los internos le permitió a Estudiantes tener el control del juego, y esto se tradujo en el ataque con anotaciones de Attademo Noguera y Barraza. Así el Pincha cerró el primer tiempo 40-35.
En el segundo tiempo, Hernández apostó a una defensa zonal y aunque Estudiantes no tomó tiros a distancia, sí desnudó las falencias de sus oponentes con rompimientos de Barraza. Con menos de seis minutos por jugar, la ventaja era de 6: 48-42. Varela y Piuma se encargaron de volver a emparejar el pleito; y a partir de algunos yerros increíbles de Estudiantes en ambos lados de la cancha el tercer cuarto se fue en tablas: 56-56.
La historia en el último capítulo tuvo dos nombres excluyentes: Sartorelli y Vallejos. El primero porque tiró en el rectángulo de juego toda su experiencia y el segundo para echar por tierra el envión de Hernández en el último minuto de juego.
De la mano de Piuma y del colorado Marziali los de Mataderos remontaron el partido. Anotaron en el sector donde supo sacar diferencia por la contextura física de sus jugadores esto es en la zona pintada; y pasaron a ganar 76-71 a falta de 2.36 para el cierre. Buenas acciones defensivas, un par de robos de balón le dieron el empujón final a Estudiantes que volvió al partido en esa recta final con grandes ofensivas en donde Vallejos hizo mella de su buena mano detrás de la línea de tres puntos -y casi a 45 grados del canasto- para sellar una victoria muy anhelada.
Síntesis
Estudiantes (82): Attademo 17, Mazza 2, Barraza 7, Vallejos 17, Castro 18 (FI); Sartorelli 9, Noguera 10, Colsani 2. Entrenador: Mauricio López.
José Hernández (76): Diorio 11 *, Rellihan 14, Marzialli 11, Varela 14, Piuma 16 (FI); Talpone 8, Massone 2, Robledo, Aluzzo. Entrenador: Pablo Alfredo.
Parciales: 18-21, (22-14) 40-35, (16-21) 56-56, (26-20) 82-76.
Jueces: Matías Sotelo, Juan Pagarini.
Gimnasio: Polideportivo Country Club.
