El handball dio continuidad a su ciclo de charlas, con la participación de Yesmil Verón y Matías Meier, capitana y capitán de los planteles superiores. Ambos compartieron experiencias deportivas, anécdotas y consejos a jugadoras y jugadores de inferiores.
Verón es un emblema del handball albirrojo. Comenzó su extensa trayectoria en 1992 y a los 15 años debutó en Primera con la camiseta de Estudiantes. Fue parte del ascenso a Liga de Honor en el año 2000, y de la gloriosa etapa en la que el Pincha se mantuvo en lo más alto del país con títulos metropolitanos y nacionales.
La extremo albirroja destacó que "siempre estuvimos dentro de los diez mejores equipos a nivel metropolitano, por eso todos los campeonatos tuvieron su importancia y me llevo los mejores recuerdos de cada año".
Sin embargo, expresó que "el campeonato más importante fue el del 2001. Jugamos un Metro largo de ida y vuelta y perdimos un sólo partido. Fue la primera vez que salimos campeonas de Primera A".
Verón fue la figura de aquel certamen y su buen rendimiento la llevó a ser reconocida en los Premios León. "Me habían salido las cosas bien y estaba en mi mejor momento. Fue toda una sorpresa, no lo podía creer. Fue una de las fiestas más lindas en calle 1, además, me lo entregó mi papá", recordó sobre la obtención del León de Oro, máximo premio otorgado por el club.
Por último, la referente dejó un mensaje para los más pequeños y pequeñas de la disciplina: "no se rindan. Van a tener un montón de obstáculos pero no hay que renunciar a nada de lo que quieran. Todo se puede. Hay que meterle garra, amor y pasión a lo que se hace. El resto viene solo".
CAPITÁN CON ACENTO SUREÑO
Matías Meier dios sus primeros pasos en Villa La Angostura: "Me encariñé con el deporte y me hice un lindo grupo de amigos. Viajé y jugué muchos torneos nacionales. Gracias al handball conocí muchos lugares del país. Así fue mi comienzo, jugando en Villa La Angostura, en una Liga inferior a la FeMeBal".
El lateral experimentó un crecimiento enorme desde que llegó al club hasta convertirse en capitán. "Fue un cambio duro en cuanto a lo físico y emocional. La Primera se preparaba para la Liga de Honor con una pretemporada durísima. Adaptarme me costó el año entero, pero fue personalmente muy satisfactorio".
Antes del inicio de la pandemia, el Pincha se preparaba para buscar el ascenso a Liga de Honor, un objetivo que estuvo muy cerca de cumplir en 2019. "Estábamos muy bien encaminados y preparados para pelear. Éramos candidatos. Ahora tendremos que esperar a que se reanude y ver cómo está cada equipo, adaptarnos para poder pelear por lo que tanto ansiamos", dijo.
El capitán cerró con un mensaje para los más chicos: "el deporte es sano y una puerta a hacer amistades de la vida. En Estudiantes tienen muchas opciones y es muy lindo para los chicos. A los más grandes les diría que no bajen los brazos, que va a volver todo a la normalidad, que entrenen, confíen. Si uno de sus sueños es jugar en Liga o Primera, lo van a conseguir".
