Se llama Rubén Mazzina, pero para quienes lo conocen es "Pocho". Uno de los primeros en llegar, decir presente, salir a la cancha cada día en el Country Club de City Bell y, juntos a sus compañeros, estar pendiente de que nada les falte tanto a cuerpo técnico como jugadores. De perfil bajo y querido por todos, la semana pasada cumplió ni más ni menos que 20 años como utilero en Estudiantes. Vio debutar en primera al Chavo Desábato, el Tanque Pavone, el Payaso Lugüercio, entre tantos otros futbolistas que alcanzaron la gloria con la roja y blanca. Miles de anécdotas, recuerdos y momentos que atesora una persona que siente "orgullo" de trabajar en el Pincha y desea jubilarse en el lugar donde se siente "feliz".
EL RECUERDO DE SU LLEGADA AL CLUB
Sentado en uno de los bancos de la cancha 5 del Country Club deja la mirada fija y recuerda su llegada como si hubiese sido ayer. Ese momento en el que Rubén Koroch le preguntó "¿cómo querés hacer?, ¿un contrato por un año o por dos?", a los que "Pocho" contestó: "No, sabés qué. Yo quiero estar efectivo, trabajar acá y jubilarme en el club". Así, hace 20 años, Rubén Mazzina iniciaba su camino en el Pincha, donde hoy disfruta cada momento que le toca vivir.
"Empezamos un 12 de enero. Antes de estar acá estuve trabajando en Banfield y me salió la posibilidad de venir con Patricio Hernández y el Tata Brown. No lo dudé y creo que fue una decisión acertada porque estoy hace 20 años disfrutando el día a día, viniendo a trabajar contento, con alegría", cuenta acerca de aquel día en el que empezó como utilero del plantel profesional, lo que le permitió además conocer grandes personas y amigos con los que convive a diario.
"Soy un agradecido a Estudiantes porque conmigo se portaron como si hubiese nacido acá. Por eso siempre valoro la amistad con los chicos, como Leo (Mansilla) y todos los que están, que apoyan, que vienen a ayudar. Quiero estar más años, cumplir 30 o 40 y jubilarme acá, como siempre lo dije", asegura, con una sonrisa en el rostro.
EL COUNTRY CLUB, SU LUGAR EN EL MUNDO
Conoce cada rincón del country como la palma de su mano. Es su lugar. El espacio en el que todos los días trabaja, donde junto a sus compañeros trata de estar en cada detalle y se compenetra para que nada falte. El predio cuya construcción impulsó en su momento Mariano Mangano es el que le posibilitó a "Pocho" aprender los valores y el ADN propios de Estudiantes, que adquirió para su vida: "El country es maravilloso y la gente me adoptó. Soy uno más ahora. Para mi es un orgullo y una alegría estar tantos años en el club. Acá aprendí que con el trabajo y el sacrificio se logra todo. Siempre fue igual y es la única manera de lograr las cosas".
EL APRENDIZAJE DE TÉCNICOS, JUGADORES, COMPAÑEROS Y EL RECUERDO DE SABELLA
"Pocho" comparte y aprende cada día tanto de sus pares como de jugadores y técnicos. Ha visto pasar a muchos futbolistas y entrenadores durante los años que lleva en el club, de quienes trató de atesorar algo: "De todos se aprende. De los técnicos, jugadores, empleados, compañeros, mientras uno esté dispuesto. Los futbolistas sobre todo ven detalles que tal vez a uno se le pasan y eso lo tomás en cuenta. No todos son iguales, cada uno tiene su forma de ser pero siempre se han portado bien con nosotros".
De todos los técnicos y personas que estuvieron en la institución, Alejandro Sabella dejó una huella imborrable también para Rubén Mazzina. Lo recuerda como "un padre para todos" y destaca tanto a Pachorra como a su cuerpo técnico, con quienes compartió gratos momentos y grupos que llevaron al club a lo más alto del fútbol local y de América: "Alejandro fue como un padre para todos. Hablaba poco y siempre estaba de buen humor. Después tenía un gran cuerpo técnico con Claudio (Gugnali), Julián (Camino), el profe (Pablo Blanco) y todo el grupo en general, gente excelente. En el día a día daba placer trabajar con ellos".
LA DUPLA CON ROLY BAREIRO
Así como la dupla Verón - Braña hizo historia dentro de la cancha, del lado de afuera "Pocho" y Roly se entienden como lo hacía en su momento el Chapu y el hoy presidente del club. Rosalino Bareiro, uno de los compañeros de trabajo de Rubén Mazzina es una de las personas junto al resto del grupo de trabajo que se encargan de que todo esté listo antes de cada entrenamiento y también de cada partido del equipo: "Tengo la suerte de estar con Roly hace muchos años y dependo mucho de él, lo mismo que él de mi; nos complementamos bien. Eso es lo bueno que tenemos en utilería, que tratamos que nada falle y es muy importante. Nos llevamos muy bien, somos buenos compañeros de trabajo, nos miramos y nos conocemos".
LA ANÉCDOTA DEL CAMPEÓN 2006
El título del 2006 fue uno de los momentos más felices desde que está en el club. Aquel campeonato después de tantos años significó para "Pocho" un momento único, como también lo fueron más adelante los del 2009 y 2010, con la Libertadores y el Apertura de la mano de Sabella como entrenador: "Disfruté mucho el 2006 porque hacía muchos años que el club no salía campeón. Ese día fue maravilloso, me acuerdo y me emociono, como en el 2009 y el 2010".
Esa histórica tarde en Vélez, luego de la obtención del título en la gran final contra Boca, hubo un amigo de Rubén Mazzina que le dejó una graciosa anécdota que al día de hoy recuerda: "Me acuerdo de un amigo mío, el Vasco, que es muy hincha de Estudiantes y después de salir campeones en la cancha de Vélez estaba subido al alambrado queriéndose tirar. Había un policía que le decía que si lo hacía lo llevaba preso y en un momento se tiró. Fuimos dos o tres, lo sacamos y lo llevamos con nosotros para festejar".
"ESTUDIANTES ES UNA FAMILIA"
A la hora de hablar de Estudiantes y describir con palabras lo que significa en su vida, "Pocho" define al Pincha como "una familia" y ratifica su orgullo de haber elegido el ADN albirrojo como estilo de vida: "Tuve la suerte de elegir mi club, que es Estudiantes de La Plata. Me hice hincha, mis hijos también y así vas entendiendo lo que es, una familia. Acá si vos tenés un problema cualquiera te va a ayudar".
