Comenzó en el club Villa Albino de Ensenada, arrancó como mediocampista central, siguió como número 10 aunque terminó siendo delantero por su capacidad goleadora y despliegue dentro de la cancha. Alejandro Russo quien se declara admirador de Sabella y Trobbiani, con quienes compartió plantel en primera, llegó al club en novena, en 1982, cuando se gestaba el equipo que marcaría una etapa histórica de la mano de Bilardo. El hombre que también fue coordinador de las inferiores, recuerda su etapa como futbolista en el Pincha y destaca la figura del Narigón: "Te exigía una concentración absoluta".
SU LLEGADA EN NOVENA
Con edad de novena, Russo llegó al club cuando en la institución se gestaba el título del Metropolitano: "El club estaba en los comienzos de una etapa muy importante con la dirección técnica de Bilardo y se estaba armando el equipo que después saldría campeón del torneo Metropolitano. A nivel institucional, el club estaba bien, y estaba como presidente Raúl Correbo", recordó.
SU DEBUT
"Debuté el mes de abril de 1986, en la cancha de Estudiantes, contra Huracán, partido que perdimos 3-2. Me tocó entrar en el primer tiempo por la lesión de un compañero. Tenía 18 años y el técnico era Eduardo Manera, del cual tengo los mejores recuerdos. Al siguiente partido me acuerdo que fui titular contra Unión de Santa Fe, que termino 2-2 y tuve la suerte de hacer los dos goles", cuenta Poroto.
ALCANZAPELOTAS DEL RECORDADO PARTIDO CONTRA GREMIO
No sólo quienes salieron a jugar el recordado partido contra Gremio en el '83 guardan en su retina el memorable encuentro vivido en 1 y 57. Russo fue alcazapelotas esa noche, un momento inolvidable en su vida: "El partido contra el Gremio de Brasil es uno de los mejores recuerdos que tengo de ese equipo. Fue además una muestra de buen juego, eran jugadores que tenían un carácter y una personalidad impresionante".
JUGADOR Y COORDINADOR CON ESTIRPE BILARDISTA
Russo cuenta en su haber con el lujo de haber tenido como técnico a Bilardo. Poroto, quien fue jugador, pero también coordinador de las inferiores del Pincha, destaca la figura del Narigón, quien le dejó mucho para su vida futbolística: "Aprendí mucho de Bilardo. El recuerdo que tengo de él como entrenador es el de una persona muy capaz, inteligente, que te enseñaba mucho y te exigía una concentración absoluta a la hora de entrenar. Era admirable su capacidad de observación. En la coordinación es importante formar a los chicos para que puedan llegar a primera, que la reserva sea integrada por los juveniles más destacados. Hay que formar a los jóvenes para que lleguen a la primera del club".