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Fútbol Profesional • 27 junio 2021

"Estoy agradecido a Estudiantes de poder estar acá"

A los 31 años, Juan Manuel Sánchez Miño atraviesa su segunda etapa en el club disfrutando del día a día y prometiendo trabajo y esfuerzo para alcanzar los objetivos grupales.

Cuando a fines de febrero de este año Juan Manuel Sánchez Miño volvió a Estudiantes antes de comenzar la Copa de la Liga, aseguró que se encontraba feliz y disfrutando mucho. Hoy, el presente lo muestra igual que unos meses atrás y reafirmando sus sentimientos. "Desde el día que me fui, sentía ganas de volver".

"Quería tener nuevamente la sensación de volverme a sentir como me sentí acá. Cuesta que te vuelva a suceder eso. Es lindo y me alegra mucho poder estar. Estoy agradecido a Estudiantes de poder estar acá. Realmente soy yo mismo y disfruto de estar acá".

EL CAMINO CON LA REDONDA

El fútbol fue una elección de vida. "De chico mis viejos me fomentaron mucho el deporte. Hice varios pero siempre tuve claro que quería jugar al futbol, era lo que más me gustaba", explica Juan Manuel.

Sus primeros pasos los dio en el baby, luego siguió con el fútbol de 11, hasta que llegó la chance de intentar en Boca. "Me probó Ramón Madoni. Fue la peor práctica de mi vida, no sé qué habrán visto. Mi viejo y mi abuelo no lo podían creer. Ahí arranco todo, a los once años".

Tanto en su formación como en el camino recorrido hasta el momento, Juan asegura que "La familia es importantísima", y destaca la ayuda de "Mis padres, mi abuelo y la madre de mi hijo, que si bien hoy no estamos juntos, fue un pilar importante en los últimos momentos antes de debutar en Primera".

Entre sus formadores, el agradecimiento es para "Madoni que me llevó a Boca". Y se suman, el "Negro" Gamboa "Que lo tuve de técnico en inferiores y que fue mi primer choque con un jugador profesional. Nos dejó marcados a todos. Y También destaco a Tito Pompei que lo tuve en Reserva y me hizo debutar en Primera".

EXPERIENCIA ITALIANA Y LA LLEGADA AL PINCHA

Luego de 14 años en Boca, llegó el momento de emigrar: el destino fue el Torino de Italia. Juan Manuel recuerda que "Fue un cambio muy fuerte. Después de catorce años en el mismo club, de repente me encontré con cosas nuevas, otra situación, otro país y otra cultura. Fue difícil, extrañaba mucho. Ya me había separado y extrañaba a mi hijo".

Priorizando el equilibrio entre lo familiar y lo futbolístico "Porque lo necesito a la hora de jugar", el mediocampista recuerda como se fue abriendo el camino para regresar al país y llegar a Estudiantes. "Hablando con Pico Mónaco, con quien tengo muy buena relación, me decía "Tenés que jugar en Estudiantes, te va a hacer bien por tu forma de ser. También hablé con Seba Verón, y por todo lo que me dijeron, sentí que era un lugar donde quería estar".

-¿Cómo fue ese primer ciclo en el club?

Fue muy importante venir para acá. Fue un reinicio de mi carrera desde otro lugar, con un montón de cosas que incorporé del ADN de Estudiantes que me enseñó muchísimo disfrutar de la profesión y del día a día.

Importan mucho los objetivos, pero también importa el camino que es muy largo. Si uno no lo disfruta, el objetivo no te llena tanto. El objetivo es un momento. Es muy importante como hacemos el recorrido y con qué personas. Y eso Estudiantes me lo demostró. No importa lo que tenga enfrente o la adversidad, sino que la unión es más importante. La institución está por encima de la individualidad.

Más allá que hay jugadores, dirigentes, y hay un status que cada una persona tiene, es sólo un cargo, después somos todos familia. Yo lo siento así, desde la relación con el utilero, el cocinero, los dirigentes. Ese lado humano es importante.

-Es el ADN de Estudiantes...

Sí. El ADN es el sentido de pertenencia, de defender el lugar donde estás. Sentirlo propio con los valores que tiene el club. Cuando llegué en mi primera etapa me tuve que adaptar y entender determinadas situaciones y aprendí que estamos todos juntos en el mismo camino.

Desde el momento que llegué, se me trató como uno más. Y a la vez, cuando me fui, seguí con esa relación y solo había estado un año. Seguí en contacto con jugadores y gente que trabaja acá. Los lazos que se generan dependen del entorno y del lugar en el que estás y este club facilita todo eso.

-¿Pudiste trasladar a otros clubes ese ADN?

En los clubes donde me tocó ser parte, intenté llevar cosas que aprendí acá: el sentido de pertenencia, las ganas de querer estar en el lugar. Eso es lo más importante.

Hay que dejar algo por los clubes por los que uno pasa. Que no sea solo el paso futbolístico. A veces pasan jugadores por clubes y no se sabe lo que dejan. Quizá un jugador no dejó nada futbolísticamente porque no se dio la oportunidad, pero en los vínculos dejó mucho. Eso a veces al hincha no le llega, pero es muy valioso. Es gente que mas allá de lo laboral, se brinda desde otro lugar y dejan algo que no se ve.

-¿Cómo vivís esta nueva etapa en el club?

Sentir el calor de Estudiantes es lo que te hace sentir bien. Después, vamos a tratar de dar el máximo en lo profesional y lo futbolístico, siempre. Es importante trazarse objetivos y cumplirlos. Estoy más grande ahora y lo disfruto desde otro lugar. Estuve en mi primera etapa con 24 años y ahora con 31, lo veo con otros ojos y lo disfrutas más.

-Pudiste jugar en UNO en tu regreso...

Fue hermoso. Era algo que también quería hacer: jugar en UNO. Me encantó porque además pudimos hacer un buen campeonato. Uno siempre aspira a más, pero se dio hasta ahí. Una lástima, nos quedamos con esa espina de los penales del último partido. Duele porque uno se encuentra cerca de situaciones buenas y quiere seguir compitiendo. Todavía no lo puede ver al estadio con gente, esperemos que vuelva rápido la posibilidad que haya hinchas en las tribunas porque es lo más lindo.

-¿Qué se viene para la nueva temporada?

El fútbol argentino no da respiro. No te puedo decir para que estamos, te mentiría. Estamos para entrenar y rompernos el lomo en este mes y medio de pretemporada. El fútbol argentino no te perdona. Si hacés las cosas bien, te premia. Hay que estar con los niveles de intensidad al máximo y no regalar nada. Después se puede tener peor o mejor rendimiento, pero si no estás al máximo ya arrancás perdiendo. Estamos para trabajar, seguir trabajando, intentar crecer, pulir errores y reforzar lo que se hizo bien.

-En el torneo pasado jugaste en varias posiciones diferentes, de un partido a otro y dentro del mismo. ¿Cómo influyen esos cambios en tu juego?

Me pasó toda mi carrera, pero a mí me gusta jugar. Siempre que puedo aconsejar a un juvenil le digo que cuantas más posiciones ocupe, más chances tendrá de jugar. Si juega en varias posiciones el técnico lo va a elegir porque le da más alternativas.

Cada posición siempre te permite mostrar tus virtudes y también te deja expuesto. Pero todo se une, disimulás mucho más tus errores y mostrás tus virtudes cuando el equipo es uno, cuando todos se brindan, cuando es más importante el objetivo grupal que personal. Cuando trabajás en base a eso te brindás, no pensás si te toca jugar en uno u otro puesto.

-¿Cómo es la relación con el hincha en este año particular?

Desde la otra vez que estuve acá, me fui con una buena relación con los hinchas. Cuando llegue este año, también sentí la buena relación. Es lo que a uno lo hace volver.

Está el hincha que es exigente y uno lo entiende, todos somos pasionales. Hay que saber entender. Cuando nos enojamos, nosotros también nos decimos cosas, es parte del folklore del fútbol. Siempre que sea con respeto, está bien que el hincha sea exigente. Es lindo cuando uno siente el calor. Desde que llegué estoy agradecido al hincha de Estudiantes porque me acompaña, confía en mí y me alienta a mejorar.

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