Con un par de horas en Fortaleza y buscando aclimatarse lo más rápido posible al calor y la humedad reinante en la ciudad ubicada al noreste de Brasil de cara al partido de este jueves por los octavos de final de la Conmebol Libertadores, el plantel de Estudiantes se entrenó en el predio del Ceará Sporting Club bajo una solo premisa: acostumbramiento al medio ambiente.
Luego de lo que fue el extenso viaje desde La Plata a Fortaleza, el cuerpo técnico que encabeza Ricardo Zielinski decidió que la actividad de este martes sea con la presencia de la pelota, pero que a la vez sus pupilos se sientan cómodos con el calor dominante en la ciudad: un promedio de 29 a 33 grados. Por esa razón es que no hubo divisiones de equipos, ni cuestiones tácticas; sino que todo se centró en ejercitaciones de movilidad, pases, rotación del balón y luego acciones de definición.
Pero también en suelo brasileño, más allá de lo dicho, no faltó el habitual picado del que participan todos los jugadores, incluyendo a las caras nuevas: Pellegrino, Rollheiser, Heredia; cuerpo técnico (excepto el DT), utileros y el área administrativa de la Secretaría de fútbol profesional; y donde no se respetan las posiciones en el campo, esto es los defensores son delanteros, los delanteros defienden y los arqueros dejan sus puestos para que lo ocupen otros compañeros. Aquí se notó el gran clima que reina el plantel pincha.
Tras este entrenamiento tan peculiar, el plantel retornó al Hotel Gran Marquise, donde se encuentra alojado; y allí vivirá las horas previas al enfrentamiento con Fortaleza.