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ADN • 20 febrero 2016

Globulito y su madre: fieles al Pincha

Globulito fue un hincha característico de aquella banda que seguía al Pincha a todos lados durante los ’80 y ’90. Siempre junto a su madre, se lo recuerda junto al túnel de los jugadores en la cabecera de 55 y en cada viaje en tren al interior. Una historia de amor desinteresado por los colores
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Globulito es uno de esos hinchas que quedará grabado por siempre en la memoria de todos los pincharratas. La mayoría lo recuerda de cada partido en la cancha de 1 y 57, junto al túnel, pegado al alambrado arengando a los jugadores. Y de visitante, en los interminables viajes en tren, con los vagones atestados de multitudes albirrojas. Globulito es uno de esos hinchas que trascendió la tribuna.

Siempre junto a su madre, venían del populoso barrio de Tolosa, más precisamente de 3 y 529. Su apodo proviene de un personaje del programa de humor "La tuerca", en el que había una persona muy flaca a la cual "se la llevaba el viento". A éste le pusieron Globulito, y por decantación al hincha de Estudiantes también. Nadie recuerda su nombre, aunque sí su habitual atuendo: musculosa negra o blanca, muñequeras de cuero con tachas y camperas de cuero al tono, como se aprecia en la foto (gentileza de Gastón Cigalino).

En los recuerdos de varios fanáticos de aquella época quedan cientos de anécdotas. En 1983, el día de la final contra Independiente en Avellaneda, su madre no lo dejaba ir. Los muchachos de la hinchada, al ver que él se moría de ganas, lo agarraron y lo subieron como si fuera una tabla por la ventana. El resultado lo conocemos todos, y Globulito fue testigo en directo. También su madre fue fanática, al punto de rozar lo irracional: durante uno de los partidos decisivos en 1982, permanecía internada. Minutos antes de empezar el encuentro, se escapó del hospital y alentó al Pincha desde la tribuna.

Él llevaba siempre consigo una radio Spika para vivir los relatos y comentarios de la FM del momento. Un día cuentan que dejó de lado la radio y fue con un minicomponente gigante al hombro, al estilo hip-hop, y que lo dejaron pasar igual.

También era conocido como "Pantera". Toda la gente lo rememora como un pibe sano, que nunca hizo lío alguno y siempre acompañó al equipo en buenos y malos momentos. Debido a sus problemas de salud, los demás hinchas cuidaban de él en las distintas canchas.

Globulito no tenía más familia que su madre, y al tiempo que ésta falleció, terminó sus días en el hospital de Melchor Romero. No se sabe a ciencia cierta si murió, aunque nadie lo volvió a cruzar. Lo cierto es que Globulito forma parte de la historia de Estudiantes, esa historia silenciosa de cada hincha que deja todo por seguir al equipo de sus amores. Globulito es, sin lugar a duda, parte del ADN pincharrata.

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