Por la ante última fecha de la fase de grupos, el Pincha sumó tres puntos claves en Brasil y llegó a los 13. Así quedó puntero y jugará los octavos de final como uno de los mejores de América. La semana que viene cerrará con Vélez en Liniers.
"Dar pelea" fue la premisa de Zielinski en la antesala del encuentro en Brasil. Y así lo hizo Estudiantes en una tarde-noche de fútbol sumamente disputada frente a un rival que contaba con la necesidad de ganar como local.
Con el clásico 4-4-2 como bandera, el Pincha apeló al pragmatismo, la simpleza, el equilibrio de sus líneas y el orden. Si bien le costó manejar la pelota y Bragantino hizo gala de la tenencia, nunca alcanzó a profundizar ni lastimar a Andújar.
Pellegrini y Castro se movieron por las bandas con la doble función de cooperar en defensa y estar listos para contragolpear, mientras que Del Prete hizo las veces de acompañante de Díaz, retrasado unos metros para generar fútbol.
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El complemento fue una continuidad muy similar a la de la primera etapa. La intensidad hizo mella y marcó progresivamente el desgaste de un equipo albirrojo que sintió el ritmo del encuentro. El dueño de casa tuvo situaciones claras, en tanto que el Pincha encontró aproximaciones con remates de media distancia.
Llámese oficio. Llámese mística. Estudiantes rompió la monotonía y pisó fuerte en Brasil, cuando faltaban menos de 15 minutos para que termine el choque: de un remate de Castro y un rechazo a medias vino el primer grito de la noche. Del Prete la tomó de aire en el área y ensayó una media chilena para el 1-0.
Golazo del Tuti en el tramo final para la victoria, para llegar a los 13 puntos en el Grupo C y asegurarse la clasificación como uno de los primeros de la CONMEBOL Libertadores. El próximo martes cerrará la fase de grupos en Liniers con Vélez a las 19.15.
