La pasión se puede demostrar a través de innumerables formas. Ir a la cancha a alentar al equipo es una de las principales maneras, aunque no la única. La pasión puede demostrarse mediante la música, como vimos con Iván Sadovsky; se demuestra aún estando a miles de kilómetros de La Plata, como los fanáticos de países como Perú y Colombia cuyas historias se hicieron presentes en el sitio oficial. El protagonista de hoy supo combinar sus pasiones: la literatura y el fútbol.
Gustavo Ruffo es un platense de 48 años y se considera un hincha más. Sin embargo, pudo plasmar en una serie de cuentos todo su fanatismo por el club. "Dios es pelado y usa barba candado" es su primer libro, donde se compilan historias ficticias de un club del barrio de Tolosa llamado "Deportivo Pinchita" con los jugadores profesionales del primer equipo.
"Mi primer libro lo escribí en 2009". Estaba llegando el avión de Brasil, Estudiantes había ganado la Copa Libertadores y en ese momento miré el cielo y pensé: Dios es pelado y usa barba candado", cuenta Gustavo. "Los acontecimientos futbolísticos del club nutrieron los personajes y las historias. Sin querer ser biográfico, pero queriendo entregarles mi homenaje", explica.
La relación de Estudiantes con la literatura no se agota en este autor. De hecho, uno de los escritores más reconocidos que han dado las letras argentinas fue hincha y socio del club: el gran Ernesto Sábato. En los últimos años también ha habido varios libros relacionados al Pincha. En 2008, Facundo Bañez publicó Un león en las trincheras (la historia del soldado que se enamoró de Estudiantes), donde cuenta y reconstruye la historia de Federico Bond, zaguero en las primeras épocas del club, que eligió dejar la comodidad de su vida en la Argentina y el prestigio creciente que iba ganando como futbolista para defender a su patria, Inglaterra, al estallar la Primera Guerra Mundial.
Gustavo aprendió a entender el fútbol en época del Doctor Bilardo. "No entendía en aquel momento porque jugaba con 4 mediocampistas y 2 delanteros a diferencia de los otros equipos que planteaban tres jugadores que solamente recorrían la franja de ataque", recuerda. "Pero los resultados marcaban que el fútbol debía tener un cambio en la forma de concebir el juego", asegura."La pasión por Estudiantes se transmite de generación en generación, y los chicos de hoy la viven con más intensidad de la que yo tenía en aquella época en la que todavía había potreros, y leíamos El Gráfico una vez por semana para saber quién había sido el jugador del partido"
Al retomar los caminos de la literatura albirroja, el libro "El Toro Calandra: símbolo amateur de Estudiantes de La Plata" no puede ser pasado por alto. En él se narra la vida de quien jugara en el primer equipo entre 1922 y 1929. Para finalizar este racconto, mencionar el Libro Oficial de Estudiantes de La Plata que se publicará en poco tiempo, con motivo de la conmemoración del 110 aniversario.
"Soy "Veronista", "Bilardista", "Sabellista" pero sobre todo soy de Estudiantes de La Plata. No hay jugador pincha que supere el sentimiento del club", dice Gustavo. "Estudiantes es un club que tiene mística. Estudiantes puede hablar de pasado, porque lo tiene. Pero estoy seguro que puede hablar de futuro, porque también lo tiene", cierra la nota con el sitio oficial.
El adn pincharrata se contagia con ejemplos de sacrificio, esfuerzo y humildad. También se expande a través de estas expresiones artísticas, como la literatura, que permite narrar y difundir historias albirrojas al resto de la sociedad. Jerarquizar a Estudiantes a través de la literatura le permite a las nuevas generaciones valorar y recuperar la identidad.