Corría el 16 de octubre de 1968, día que quedaría grabado en la historia no sólo de Estudiantes, sino del fútbol mundial. Estudiantes marcaba la página más gloriosa de la institución en Inglaterra, tras vencer en la final al Manchester en su propia casa, luego del 1-0 en Argentina y el 1-1 en el mítico Old Trafford. Hoy, 48 años después, Oscar Malbernat, capitán del equipo campeón, revivió en un mano a mano exclusivo y emotivo con el Sitio Oficial la gesta de los "Animals". "Nunca nos dimos cuenta de todo lo que hicimos", confesó Cacho, historia viva del club.
EL REENCUENTRO CON LA CAMISETA
Malbernat llega a la sede del club, donde lo espera una sorpresa. El Museo de la institución lo aguarda, luego de 48 años, con la camiseta de la época que supo lucir, y con la réplica de la copa del Mundo que descansa en calle 53. La mira, la abre, se emociona; en sus ojos brilla la noche de Manchester, agarra la copa y se refleja cada momento; la final en Old Trafford, la noche que cambió todo para Estudiantes: "Me daban ganas de llorar, es algo que no lo hubiera imaginado volver a encontrarla y recordar lo que era. Yo era de regalar, no me daba cuenta porque éramos pibes. A los 22, 23 años salimos campeones, entonces no le dábamos dimensión a eso. Aparte si regalabas la camiseta te mataba el utilero, salvo cuando ganabas un campeonato. Volver a verla me emociona", confesó Cacho en el arranque de la nota.
"NUNCA NOS DIMOS CUENTA DE TODO LO QUE HICIMOS"
Pese al paso del tiempo, Malbernat revela que aunque los años transcurrieron nunca llegaron a tomar real dimensión de lo obtenido. "Todo pasó rápido", asegura: "Nunca nos dimos cuenta de todo lo que hicimos porque la que se da cuenta es la gente. Cuando estuve viviendo afuera, en todos los países había hinchas de Estudiantes, y ahí te das cuenta lo que es el club y lo que hicimos, pero sinceramente estando en la ciudad no te das cuenta. No es algo personal solamente, sino que para todos nosotros transcurrió rápido, se está yendo la vida, muchos compañeros míos ya no están, entonces es lindo que te recuerden, pero uno que trabaja en el club vive el presente. Yo voy a estar agradecido toda mi vida porque hubo dos familias que me educaron, mi papá y mi mamá que me dieron valores, y lo consolidó Estudiantes".
"NO ÉRAMOS ANTIFÚTBOL, ÉRAMOS INCÓMODOS, Y OSVALDO ERA UN ADELANTADO"
La epopeya en Manchester contó con un equipo memorable comandado por un adelantado como Osvaldo Zubeldía. Malbernat recordó al gran maestro, al padre de aquella criatura que gritó campeón del mundo en Inglaterra y asegura que contaron con "un adelantado" que cambió la manera de jugar al fútbol: "Todo lo que inventaron, que pegábamos patadas. Yo vi un video de 60 minutos del partido en Manchester en blanco y negro, en el que el que transmitía sólo daba los apellidos. ¿Sabés qué hacíamos nosotros? Pressing. El antifútbol era el pressing, y ahora todo el mundo lo hace. Me quedé mirando y pensaba, ¿cuál es el antifútbol? En los equipos argentinos antes no se presionaba. Osvaldo (Zubeldía) era pícaro, un adelantado, buscaba jugadores que jugaran bien, pero que cuando tuvieran la pelota corrieran todos. Él tenía el sentido del sacrificio e inventó el pressing, incomodar al rival. Todos jugaban cómodos y vino Estudiantes e incomodó a todos, menos al hincha. No éramos antifútbol, éramos incómodos".
"PARA ELLOS ÉRAMOS INDIOS"
Gloria en vida del club, Cacho describió al campeón del mundo como un "equipo que no se entregaba nunca", que enfrentó y puso de rodillas al Manchester en su propia casa: "Ese equipo no se entregaba nunca. Nosotros no nos dimos cuenta, pero Osvaldo nos hizo competitivos, entonces terminaba el partido y te decía 'miren que mañana entrenamos y tenemos un partido difícil', y todos los partidos eran difíciles; nunca festejamos nada, nunca. Entonces por eso se nos pasó rápido todo. Salvo en el vestuario cuando salimos campeones del Mundo. Nosotros sabíamos lo que queríamos, todos. Togneri era el más parejo de todos y jugaba en cualquier puesto, y a Bobby Charlton no le dejó tocar la pelota; eso era pressing. Poletti le mostraba la pelota en la cara al nueve de ellos, en Manchester; y para ellos éramos indios".
"CUANDO LLEGAMOS A MANCHESTER ÉRAMOS EL INVITADO PARA FESTEJAR"
Nadie en el mundo, salvo ese grupo de gladiadores en Manchester, y los hinchas de Estudiantes, pensaba que podría suceder lo que pasaría aquella noche del 16 de octubre de 1968. "Éramos el invitado para festejar", aseguró Malbernat, quien relata cómo fue la llegada a Inglaterra, cómo surge el mote de "Animals" y cómo Zubeldía estudió a los Diablos Rojos: "Cuando llegamos a Manchester éramos el invitado para festejar. Estábamos en un pueblito llamado Lynch, entonces mirábamos la televisión y mostraban cuando llegaba el equipo a la cancha de Boca y decía 'The Animals'. Pasaban los foules que hacíamos nosotros y no los de ellos. Nobby Stiles, que era el cinco de ellos, se la pasó pegando patadas, pero no lo pasaban. Osvaldo nos había dicho que saliéramos a la cancha primeros en buzo antes de cambiarnos para saber el ambiente con el que nos íbamos a encontrar, y lo hicimos con las máquinas de fotos. Nos querían matar, nos puteaban y nosotros les sacábamos fotos. Era una manera de darnos cuenta lo que nos íbamos a enfrentar. Después me acuerdo que fuimos a ver un partido del Liverpool y los hinchas nos señalaban y cantaban 'this is the champion' antes. Eso nos desinflaba un poco, pero igual sabíamos lo que teníamos que hacer, estaba todo estudiado. Urriolabeitía viajó a ver Manchester - Benfica, entonces cuando llegamos ya sabíamos de qué se trataba. Osvaldo estaba adelantado a la época".
"NOS FUIMOS A DORMIR SIN DARNOS CUENTA LO QUE HABÍAMOS LOGRADO"
La charla con Cacho se extiende. Malbernat habla, recuerda, cuenta anécdotas y revive Manchester '68. El gol, el pitazo final, el post partido. "Nos fuimos a dormir sin darnos cuenta lo que habíamos logrado", confesó: "Vino el gol y fue un palazo para ellos. Y nos hacen el gol al final. Inclusive cuando termina el partido, la jugada venía del otro lado. Tiran un centro y el flaco Poletti sale corriendo para la mitad de la cancha y yo dijo '¿qué hace? nos van a hacer el gol', y la gente lo gritó. Y cuando miro, los delanteros estaban todos abrazados porque había terminado. Esas cosas no se olvidan jamás. Éramos un cuadro de provincia, al que nadie tenía en cuenta, con una historia rica desde Los Profesores; pero este club nació distinto y es distinto, especial. Cuando terminó nos quedamos a festejar en el vestuario y ellos hacían un tercer tiempo, pero entre ellos con sus familias. En ese momento estaban los jugadores comiendo dentro de un salón grande y nosotros con buzo, como pibes mirando por un ventanal esperando al utilero que termine de juntar la ropa mientras llovía. Y no teníamos un celular para llamar, habíamos ganado y no sabíamos lo que pasaba en La Plata, entonces nos pusimos a cantar el himno nacional. Nos fuimos a dormir sin darnos cuenta lo que habíamos logrado. Al otro día fuimos a jugar a Italia contra el Inter y ahí nos empezamos a dar cuenta. En el avión de regreso veníamos enloquecidos y acá tardamos 6 horas para llegar. En ese momento salió toda la gente a la calle porque era un cuadro chico que había conseguido todo".
Axel Damian Padilla