Marcela Acuña, más conocida como "La Tigresa", realizó un interesante intercambio con deportistas del club, del que también participaron el entrenador de box Rogelio Bustos y el subdirector de deportes albirrojo, Gustavo Pérez.
Durante el encuentro, la boxeadora dialogó acerca de la disciplina, su camino en el deporte, el rol de la mujer, las conquistas logradas y la importancia de persistir en la lucha.
EL CAMINO CORRECTO
"A esta altura de mi carrera, hacer las cosas bien es lo más importante. El mejor fallo son los aplausos. Falta todavía para que haya igualdad con los hombres, sobre todo tener más espacio, como por ejemplo en los medios gráficos. Para eso tenemos que seguir trabajando, porque es la única manera. Ganamos mucho y hemos logrado mucho a esta altura, pero hay que continuar", valoró.
CERCA DEL ADIÓS
"Ya me estoy por retirar y sigo manteniendo el título de Supergallo. Subí de categoría, pero por ser campeona en dos. Creo que me va a faltar el título Gallo, pero he sido campeona en dos, tanto en Supergallo como en Pluma. Siempre me mantengo, mi fisonomía es la que es, pero el peso nunca me perjudicó ni tuve que trabajarlo. Por suerte me mantuve", destacó Acuña.
PIONERA
La pugilista, quien fue protagonista de la primera pelea profesional de boxeo femenino en la historia argentina, relató cómo fueron sus inicios para visibilizar la lucha de la mujer a través del deporte: "Ha sido un tema complicado abrirme camino y en especial 19 años atrás. El boxeo no era conocido, no estaba reglamentado y no era aceptado en la sociedad, que se empezaba a dar cuenta que las mujeres empezábamos a abrirnos camino. Era un cambio cultural el que estábamos viviendo".
"En 1997 empecé a golpear las puertas para que se reglamente, hasta que pasó en el año 2001. Luego en 2003, con el campeonato mundial hicieron un click desde la dirigencia, compañeros del gimnasio y demás. Desde entonces empecé a ganarme el respeto de boxear en el país y que me consideren una gran boxeadora y campeona mundial, que es lo que soy", agregó.
REBELDÍA PARA GENERAR CAMBIOS
"Soy una rebelde que ha querido cambiar el mundo por una causa noble y justa, en este caso por la mujer. Hoy hay muchas chicas que están dando que hablar y que si no fuera por la pandemia las podríamos haber visto. La mejor manera que tuve fue no bajar los brazos y hacer oídos sordos a las críticas y agresiones, siguiendo para adelante y demostrando que las otras personas estaban equivocadas. Quería demostrar que no era algo del momento y que lo que queríamos hacer era tener los mismos derechos que los hombres, pese a que no lo entendieran", aseguró.
