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ADN • 26 diciembre 2015

Pinchas en tierra azteca

En una ciudad mexicana, un grupo de amigos compite por la gloria en un torneo amateur. Decidieron que su equipo se llame Estudiantes de La Plata, en homenaje al club que “siguen semana tras semana por televisión”.
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Torreón es una de las ciudades más importantes del estado de Coahuila, situado en el norte de México. Junto a otras localidades conforma el área denominada "Comarca Lagunera", una de las zonas más importantes del país azteca. De Torreón es el equipo Santos Laguna, varias veces campeón del fútbol mexicano y partícipe en varias Copas Libertadores. Pero también Estudiantes tiene un sitio en aquella pujante ciudad.

En uno de los barrios más humildes de Torreón vive Iván Márquez, un joven cercano a los veinte años. Desde muy chico juega a la pelota junto a los amigos de su calle; primero, en campitos abandonados, en interminables "picados" entre ellos; luego en torneos amateurs, donde se compite por la gloria y la satisfacción de la victoria. A su equipo lo denominaron Estudiantes de Torreón.

La mayoría dice amar el fútbol, y algunos siguen las competencias de otros países, como por ejemplo el fútbol argentino. Iván dice que "Estudiantes es un equipo que se sigue mucho acá, más que nada por los títulos internacionales que cosechó a lo largo de su historia". Iván conoció la historia pincharrata a través de documentales, historias y partidos, y desde chico quiso que el equipo de su barrio se llame así, por la identificación con la humildad y el sacrificio.

Durante el último mes, Estudiantes de Torreón ascendió a la Primera División del torneo regional de Coahuila. La organización del torneo les exige contar con una equipación acorde al nivel de competencia, pero sus bajos recursos económicos les impiden adquirirlas. Debido a esto, el club gestionó la entrega de un juego de camisetas de temporadas pasadas para enviar hacia Torreón.

Contra todos los pronósticos, el equipo mexicano se impuso a rivales con más recursos y triunfó en la final por el ascenso. Ahora tienen lo más lindo por delante: pelear por un título. Con la mística pincharrata presente aquel sueño es posible.

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