Lucas tiene 15 años, estudia y trabaja para ayudar a su familia compuesta por su madre Marisa, su hermana melliza Nayla, Gabriel (17) y la más pequeña de 4. Su historia es un verdadero testimonio de superación y esfuerzo: vivieron 6 años adentro de un auto en Parque Chas tras ser desalojados de su casa, aunque jamás bajaron los brazos ni se dieron por vencidos. El joven terminó la primaria, se gana la vida como ayudante de plomero y gasista, y colaboró para que Nayla tenga su fiesta de 15. La semana pasada fue convocado para contar su experiencia en el encuentro "Transformando Escuelas", donde el fanático hincha de Estudiantes conoció a su ídolo Juan Sebastián Verón, quien le regaló una camiseta del Pincha y se conmovió con su relato. El ADN de un verdadero luchador.
LUCAS Y SU FAMILIA, UN EJEMPLO DE SUPERACIÓN
Nunca pidieron plata, solamente comida. Se higienizaban en el baño de una estación de servicio cercana a la Escuela N° 5 Enrique Vedia del barrio de Villa Urquiza. Siempre se la rebuscaron hasta que la solidaridad de un vecino en una noche de frío y tormenta les iluminó el camino entre tanta oscuridad: el hombre les dio las llaves de su Peugeot 505 para que se protejan y tengan un lugar donde guarecerse de las inclemencias del tiempo. Dormían como podían y se las arreglaban, con carencias materiales pero si algo jamás les faltó fue la unión, el poder de superación y el amor de una familia dispuesta a darlo todo para seguir adelante.
Cuando la historia tomó trascendencia y se hizo pública en los medios, lentamente las cosas empezaron a cambiar: "Estuvimos viviendo adentro de un auto en Parque Chas durante 6 años con Lucas, su hermana melliza, el mayor y yo hasta que una asistente social nos consiguió una habitación en un hotel familiar en el que estamos ahora en Constitución. Lucas siguió estudiando en el colegio, está en segundo año y es ayudante de plomero y gasista. A la mañana trabaja y a la tarde va a la escuela", contó Marisa Cesio, mamá de Lucas y Pincha de ley, en diálogo con el Sitio Oficial. Cada palabra que sale de su boca la emociona y para ella es motivo de orgullo. Sabe que nadie les regaló nada en la vida, todo lo contrario, debieron lucharla día tras día, pero nunca se dejaron caer.
LA HERENCIA Y EL ADN PINCHA: LA CULTURA DEL TRABAJO, EL ESFUERZO Y EL SACRIFICIO
Marisa perdió a su esposo y los hijos, a su papá. El fallecimiento del padre de Lucas fue un duro golpe que debieron asimilar y, con el dolor a cuestas, seguir adelante. Sin embargo, el legado quedó grabado a flor de piel en la familia. Ese mismo que dejó un ferviente hincha de Estudiantes, quien les inculcó el ADN de la voluntad para alcanzar los objetivos, sobrepasar los límites establecidos, la cultura del trabajo, el esfuerzo y el sacrificio: "El papá de Nayla y Lucas vivió toda su vida en Berazategui y era fanático de Estudiantes. Él me inculcó el amor por los colores. Después, la entereza la heredé de mis viejos, que siempre fueron laburantes. Yo siempre les inculqué eso a mis hijos. Había gente que muchas veces nos miraba mal y hasta nos han envidiado. Los chicos me preguntaban por qué, si no teníamos casa, ni juguetes. Y yo les decía que sin tener nada material somos una familia, que ellos van al colegio, tienen las vacunas al día, y eso es lo que quería que entendieran, que para ser alguien en la vida y tener un futuro tienen que estudiar", recordó Marisa.
EL EMOTIVO ENCUENTRO CON JUAN SEBASTIÁN VERÓN
Días atrás, cuando el teléfono sonó y los convocaron para que Lucas contara su historia en el encuentro "Transformando Escuelas" de la Fundación Varkey, hubo algo que los invadió de emoción: la voz del otro lado del celular les avisaba que iba a estar presente ni más ni menos que Juan Sebastián Verón. Marisa rompió en llanto y su hijo no lo podía creer. Allí fueron, al encuentro con el ídolo, con quien compartieron unas palabras y recibieron la camiseta que el presidente del club les regaló.
"Es un amor de persona, le regaló la camiseta y fue una emoción muy grande porque lo hizo acordar al padre. Fue maravilloso. Sebastián nos contó que conocía la historia y que le llegó mucho el tema de que más allá de las adversidades, los chicos iban al colegio igual, siempre para adelante, que le parecía increíble. Lo conmovió muchísimo", reveló Marisa, quien además contó que recibieron una invitación para conocer el Country de City Bell y presenciar un entrenamiento, además de ir a alentar al Pincha en algún partido de local, y ella misma prometió hacerse socia del club... "Con eso ya me puedo morir tranquila", aseguró.
LA EDUCACIÓN, LA ENSEÑANZA PARA SUS HIJOS Y EL EJEMPLO DEL MODELO ESTUDIANTES
"La educación es un derecho de los chicos y nosotros cumplimos ese rol contenedor y social que tiene el club, más allá de estar muy identificado con el fútbol profesional. El club invierte, porque no es un gasto la educación, y hace ese esfuerzo porque lo que le está dando al jugador es una posibilidad de desarrollarse en la vida y ser alguien". Las palabras de Verón durante la jornada quedaron grabadas en la cabeza de Marisa y Lucas. El modelo Estudiantes es para ellos un estilo de vida, un ejemplo a seguir. Ese mismo que comparten y, desde su lugar, buscan pregonar y defender a través de sus vivencias: "Tener una escuela en un club es una genialidad. Y lo bueno, como explicó Sebastián, es que en la educación no existe rivalidad ni hay barreras para nada. Estudiantes es todo y lo tiene todo". destacó.
TRES PALABRAS PARA LA VIDA: "PERMISO, POR FAVOR Y GRACIAS"
Tal como dijo Alejandro Sabella semanas atrás luego de ser distinguido como "Huésped de Honor Extraordinario" en la Universidad Nacional de La Plata, Marisa puso especial énfasis en la importancia de, por sobre todas las cosas, "ser mejores personas", esforzarse y "pensar en el otro" para lograr la felicidad en la vida. Esa enseñanza, la que le remarca a diario a su familia, es la misma que espera que el día de mañana ellos puedan transmitírsela a sus hijos: "Siempre les inculqué tres palabras mágicas, como les decía yo: permiso, por favor y gracias. Eso te abre las puertas en cualquier lado".