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ADN • 8 septiembre 2018

Una historia de amor Pincha a la distancia

Héctor Horacio Araya fue un fiel hincha albirrojo a la distancia. Nacido en Córdoba y con su familia actualmente en Tucumán, transitó toda su vida siendo un fanático de Estudiantes, legado que le dejó a sus seres queridos. Una historia de amor Pincha incondicional.
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Héctor Horacio Araya nació en San Francisco (Córdoba) y desde chico se crió con el ADN Pincha. Pese a los kilómetros que separan su provincia natal de La Plata fue uno de los tantos hinchas a la distancia que defendió con orgullo el sentimiento de ser de Estudiantes, legado que trasmitió de generación en generación, primero con su hijo Martín hasta su nieta, quien actualmente lleva el ADN rojo y blanco de su abuelo.

Héctor, quien dejó este mundo el año pasado, vivió las épocas gloriosas del Tricampeón de América y del inolvidable equipo Campeón del Mundo de Don Osvaldo Zubeldía. En aquel entonces era un llanero solitario con la bandera roja y blanca que celebraba las victorias por las calles de su barrio sin que nadie entendiera de qué se trataba, ni el por qué de ese fanatismo.

Hoy, tiempo después, Martín Araya lleva el mandato y replica la historia de su papá en Monteros (Tucumán), donde saca pecho y con honra agradece esa herencia, acaso la más valiosa que le dejó: el amor y la pasión, los valores, la familia, el sacrificio y el esfuerzo, que trata de transmitirle a su pequeña hija, otra Pincha tucumana desde la cuna.

El mes pasado, Martín tuvo la oportunidad de presenciar el partido del equipo del "Chino" Benítez ante Gremio en cancha de Quilmes, donde vivió en primera persona la mística que tanto le contó su querido padre, quien alentó desde el cielo. De los relatos que escuchó desde chico a la realidad, una noche mágica y única que quedará para siempre en su corazón.

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