David Ayala, el joven mediocampista que despertó halagos y miradas de propios y extraños, analizó su presente con apenas 18 años, en una carrera prometedora que detrás recoge cientos de sacrificios y momentos de fortaleza. "En la calle no me reconocen, nunca me pidieron una foto", confesó, y apuntó alto: "Sueño con ganar un título con Estudiantes y llegar a la Selección mayor".
Con un viaje de una hora y media entre el Barrio Marítimo de Berazategui, hasta el Country Club en City Bell, los hermanos David y Andrés Ayala llegaron a la par a Estudiantes, para formarse íntegramente en las canchas del club y hoy pertenecer al plantel de primera división. David, con apenas 18 años, se convirtió en jugador valioso para el armado de los distintos equipos, en una historia que comprende su camino formativo, citaciones a la Selección y el ansiado debut en Primera.
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EL INICIO DE LA PELÍCULA
En la jornada 16, la última del campeonato 2019, David anotó el apellido Ayala en la historia de los jugadores que pudieron alcanzar el sueño máximo: jugar con la camiseta que lo vio crecer y formarse. Hace un año y un mes, el mediocampista debutó frente a Argentinos Jrs, en una fecha – el 9 de diciembre- que no olvidará jamás. "Me acuerdo el aliento de los compañeros en el vestuario, de Mariano Andújar y Gastón Fernández que me decían que juegue tranquilo porque iba a ser el primer partido de muchos. Traté de disfrutarlo al máximo y por suerte me fue bien, pude disfrutar mucho ese día", señaló.
LOS AYALA, EN FAMILIA
Detrás de cada jugador, hay una historia, y la historia se escribe en los pilares fundamentales del seno familiar. El ladero del medio en un equipo de ocho hermanos, que se completa con los directores técnicos, los padres, David no oculta su lado más sincero dentro de su familia, en donde es uno más y se lo apoya y aconseja para que siga creciendo. "Soy un chico tranquilo, familiero, que no anda en cosas raras. Me gusta estar con mi familia, con mis amigos, tomar mate, hablar con mis viejos y estar con mis hermanos. Somos 10, mis viejos y 8 hermanos, con cuatro varones y cuatro mujeres, Andrés y yo somos los del medio", señaló.
Antes de dedicarse exclusivamente a la práctica deportiva, los hermanos llevaban una vida de barrio, a 20 kilómetros del predio que ahora los cobija. "Íbamos al colegio, jugábamos en el barrio, mi vieja nos retaba por armar pelotas con papel y jugar dentro de casa. Hoy, hasta ahora, en la calle no me reconocen, nunca me pidieron una foto", bromeó.
EL PRESENTE, EL FUTURO Y LOS SUEÑOS
Siendo el único jugador de su categoría en alcanzar tan prematuramente el debut, David tiene los pies en el suelo, pero los sueños bien en alto. Entre la primera división, la camiseta albirroja y el anhelo de ser tenido en cuenta para convocatorias nacionales, el mediocampista nacido en 2002 no se achica, y piensa en grande, mientras transita una nueva pretemporada con el plantel profesional.
"Siempre soñaba con llegar a Primera pero no creía que podía hacerse realidad, uno se imagina desde chico con llegar a jugar y ser profesional. Ese era mi sueño desde chico y ahora sueño con ganar un título con Estudiantes y llegar a la Selección mayor", firmó, en una ilusión sostenida por cimientos firmes.
